Héctor Abad Faciolince es autor del artículo “¿Nos han dado la tierra?” incluido en ¿Cómo Mejorar a Colombia? 25 ideas para reparar el futuro (Ariel, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, Editorial Planeta Colombia, Bogotá, 2018). El autor comienza su análisis por el estudio de la ficción enfocada “en imaginar mundos” que “surgen al cambiar algunas circunstancias de aquello que llamamos…realidad” y “se imagina lo posible. Pero a veces se llega a postular…lo que nos parece imposible o lo que preferiríamos que jamás ocurriera…utopías o se tienen pesadillas con las distopias que ofrecen la ventaja psicológica de dar ánimos para emprender cambios; las distopias favorecen la cautela pues señalan los riesgos”.
El autor piensa en Colombia y combina fantasía y lo que ha leído y meditado y concluye que las perspectivas de nuestro país dependen de “los cataclismos que los expertos predicen del cambio climático del planeta”. Una visión inicial da margen al optimismo: Colombia “es uno de los territorios más verdes…de la región. Pese a la deforestación provocada por los cultivos ilegales, la minería salvaje (legal e ilegal), la tala de bosques” pues tenemos bosques húmedos tropicales, ríos y páramos ricos en agua. Explicación: “los explotadores de estos recursos no pudieron saquearlos libremente gracias al miedo” a la guerrilla, a los narcotraficantes o a los paramilitares, la casi total ausencia del Estado y la falta de inversión nacional o internacional, hicieron que buena parte del campo colombiano cayera en el más completo abandono “y la naturaleza…invadió de nuevo el campo.
“Pero bastó que llegara la noticia de que Colombia ya no era un país tan peligroso y violento para que los ojos ávidos del mundo entero y de los mismos colombianos, vieran…mil oportunidades para su codicia”. Los primeros en llegar fueron los “aserradores…traficantes canadienses de maderas preciosas” y, luego, empezaron “a trabajar los abogados”. “El gobierno de Álvaro Uribe…Se abrió la venta de títulos mineros exprés” y “llegaron compañías surafricanas, chinas, canadienses, norteamericanas, europeas” y los títulos se vendían muy barato. También llegaron “los mineros artesanales brasileños”. “El fin del conflicto…ha significado un deterioro inmediato en las condiciones ambientales de las regiones más apartadas del país”…”los nubarrones… no anuncian nada bueno”…”la política tendrá que lidiar con las crisis que se originen en el medio ambiente” y a favor se tiene la “inmensa riqueza en agua dulce y en diversidad biológica” y “uno de los mayores retos que afronta el país es…la súbita migración de millones de venezolanos”. “Si nuestra mayor riqueza es natural, nuestra mayor amenaza es también al mundo natural, al medio ambiente”, tenemos que plantear “la resistencia ecológica”. Continuará.