Colombianos dejan mensajes a víctimas | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Diciembre de 2012

A semejanza del Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, millares de colombianos han incrustado sus mensajes en un monolito gigante, construido en Bogotá en homenaje a las víctimas del conflicto armado interno.

Inaugurado a comienzos de este diciembre en el corazón de la capital, el imponente muro de piedra se levanta en medio del antiguo Cementerio Central, donde reposan miles de cuerpos de personas jamás identificadas.

Tras varios años de preparación, el "Centro de la memoria, de la paz y de la reconciliación" abrió en un momento crucial debido a las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Farc.

En el muro cada visitante puede deslizar un mensaje dentro de un tubo de vidrio, con el objeto de rendir homenaje a las víctimas, ya sean que hayan caído bajo el fuego de las guerrillas comunistas, de los paramilitares de extrema derecha o de las bandas criminales involucradas en el conflicto armado.

"Este es un punto de reencuentro para todas las víctimas del conflicto. El Centro está acá para rescatarlas del olvido", explicó Camilo González, presidente del Instituto de Estudios para el desarrollo y la Paz (Indepaz), acerca del proyecto financiado por la Alcaldía de Bogotá.

"El papel de la memoria es esencial para lograr la paz. Sin eso no se pueden superar las heridas del pasado", agrega.

El conflicto colombiano ha dejado en los últimos 50 años cerca de 600.000 víctimas, 15.000 desaparecidos y más de cuatro millones de desplazados, según cifras oficiales.

Numerosas asociaciones se han unido para trabajar en la construcción del Centro, entre ellas la Red Latinoamericana 'Hijos' (Hijas e hijos para la identidad y la Justicia, contra el olvido y el silencio), particularmente activa en esta región que hace algunos años conoció sangrientas dictaduras.

 

"Hacer el duelo"

Una joven militante de la Red, Eliana Quintero, de 23 años, ha llegado al sitio para recogerse ante el muro, en memoria de su difunto padre, quien fuera miembro de la Unión Patriótica (UP).

Como centenares de simpatizantes de la UP, este hombre que se desempeñó como alcalde de Vistahermosa, Meta, fue asesinado por los grupos paramilitares creados para combatir a las guerrillas, y oficialmente desmovilizados en 2006.

El asesinato del candidato presidencial de la UP, Jaime Pardo, ocasionó en 1987 la ruptura de las primeras negociaciones de paz con las Farc.

"Muchos hijos de víctimas no saben dónde han sido enterrados sus padres. No tienen un lugar para llorarlos o para dejarles una flor. El centro les permite hacer el duelo", advierte Eliana, quien asegura que no ha podido regresar a la zona donde su padre fue asesinado, pues considera que allí su vida está en peligro.

"Todavía hay mucha gente que no quiere abrir los ojos sobre lo que pasó", se lamenta esta estudiante que no por casualidad estudió la carrera de Derecho.

Como ella, más de 2.000 personas llegaron al lugar para dejar un testimonio, a través de un mensaje o una porción de tierra de su región, los cuales dentro del tubo de vidrio son introducidos en uno de los orificios del muro.

"El conflicto no solo cobró vidas, también afectó a nuestra cultura, muchos han sido desplazados de sus tierras. Este lugar nos permite recordarlo", dice José Santos Caicedo, un líder de la comunidad afrocolombiana que también debió abandonar su región en la costa Pacífica.

Más allá de su dimensión simbólica, "el Centro tiene también "una vocación científica para reconstruir el pasado", precisa el politólogo Juan Carlos Jiménez, uno de los investigadores asociados al proyecto.

 

Con una página en internet (www.centromemoria.gov.co), el Centro se propone recoger más de 40.000 testimonios en un año, tantos como nuevas piedras destinadas a este monumento dedicado a la memoria de las víctimas./AFP