Colombia, segundo con más niños víctimas de minas | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Noviembre de 2014

Con 57 menores de edad víctimas por minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra y con 165 como total de víctimas civiles por estas armas en 2013, Colombia se ubicó como el segundo país con los más altos números de menores de edad afectados por estos artefactos prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Así lo reveló la ficha técnica El impacto de las Minas Antipersonal y los Remanentes Explosivos de Guerra sobre los Menores de Edad, que hace parte del Monitor de Minas Terrestres 2014, una publicación anual de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres y la Coalición sobre las Municiones en Racimo, que será lanzado el próximo 3 de diciembre.

Los cinco países en donde las niñas y niños son los más afectados por estos artefactos explosivos, son en su respectivo orden: Afganistán (487), Colombia (57), Siria (50), Pakistán (45) y Yemen (40).

La ficha técnica muestra, además, que Colombia publicó una Guía para la Asistencia Integral de Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas de Minas, que fue presentada durante la Tercera Conferencia de Revisión del Tratado de Prohibición de Minas realizada en Maputo en junio de 2014. Esta directriz pretende servir como un referente para proveer ayuda a los Estados, organizaciones internacionales y no gubernamentales para establecer políticas teniendo en cuenta como público objetivo a las víctimas de minas y remanentes.

 

Afectación de las niñas y niños a nivel mundial

 

1.112 niñas y niños, en 39 Estados y otras tres áreas durante el 2013, fueron afectados por minas antipersonal, artefactos explosivos improvisados, remanentes de municiones en racimo y otros restos explosivos de guerra. De ese total, 333 menores murieron y 770 fueron heridos.

Las niñas y los niños representan casi la mitad (46%) de todas las víctimas civiles, para quienes la edad era conocida en 2013; es decir, 1.112 de las 2.403 víctimas totales. Lo anterior significó un aumento del 39% de lo registrado en 2012 y es también el segundo porcentaje más alto de niñas y niños víctimas –después del 49% de 2007-, desde que la información se hizo disponible en 2005.

 

Armas que más afectaron a los menores

Al considerar el impacto de las categorías de las armas sobre los menores en 2013, se concluyó que más de la mitad (57%) de los niños y niñas víctimas fueron causados por remanentes explosivos de guerra, mientras que el 12% fueron por minas y el 14% por artefactos explosivos improvisados. El número de menores víctimas por minas aumentó 4% en 2013 comparado con 2012.

Comparado con los adultos, los menores fueron ampliamente afectados por remanentes explosivos de guerra; el 72% de las víctimas de estos artefactos fueron niñas y niños. Pese a lo anterior, estos artefactos son la causa de solo el 30% de todas las víctimas, incluyendo las militares.

Si bien las niñas componen el 16% de todos los menores víctimas en 2013, los niños continuaron constituyendo la gran mayoría de estas víctimas. En muchos países contaminados con estos artefactos, los niños están más involucrados que las niñas en actividades al aire libre durante las cuales es probable que entren en contacto con estos artefactos, a menudo sin saberlo, por curiosidad, o por confundirlos con juguetes.

 

Principales desafíos a nivel mundial

Tres aspectos se hallaron como los principales desafíos: la asistencia integral a víctimas menores de edad, temas relacionados con la educación, y la sensibilización.

La asistencia a menores es uno de los más grandes desafíos. Los niños son uno de los más grandes grupos de sobrevivientes con necesidades específicas y adicionales en todos los aspectos de la asistencia. Por ejemplo, los menores de cuyas heridas resulten en amputaciones de extremidades requieren una más complicada asistencia de rehabilitación. Necesitan que las prótesis sean hechas a medida que ellos van creciendo, así mismo, podrían necesitar cirugías correctivas para cambiar de forma la extremidad residual, conocida como muñón.

En relación con la educación, en muchos Estados, las niñas y niños sobrevivientes tienen que finalizar su proceso de educación prematuramente debido a que los familiares deben sobrellevar el periodo de rehabilitación y la carga financiera de acompañamiento. La falta de acceso físico a la educación y a otros servicios públicos esenciales para la inclusión social y económica fueron un desafío permanente para las niñas y niños sobrevivientes de muchos países.

La insuficiente sensibilización de las problemáticas de discapacidad entre los profesores y los alumnos podrían llevar a la discriminación, aislamiento, y a la inhabilidad para participar en ciertas actividades. Por ejemplo, en Somalia, muchas escuelas a través de todo el país no aceptaron a la mayoría de los niños con discapacidad como alumnos. Esto se considera como un factor desmotivador para los menores sobrevivientes quienes buscan mantenerse en la escuela.