Sin la menor duda, uno de los temas que más interesa a los colombianos es la paz, lo que se refleja en sondeos y encuestas, lo mismo que en noticias de la prensa y en programas de televisión y radio. En el exterior los gobiernos amigos de Colombia siguen la evolución de las charlas del Gobierno y las Farc, con interés. El tema trasciende las fronteras y los medios de comunicación de los países hacen seguimiento diario de la evolución de las conversaciones entre el Gobierno y los alzados en armas. El hecho de que la más antigua agrupación subversiva de la región se siente una vez más a negociar, tras la muerte de sus más importantes dirigentes históricos, unos, por la muerte natural como Tirofijo y el grueso del Secretariado por la continua presión militar, los ataques por sorpresa y los bombardeos de la Fuerza Aérea Colombiana, por si solo es noticia. Los tiempos cambian y por temporadas con velocidad que sorprende. Y ha llamado vivamente la atención en el exterior que las negociaciones se efectúen sin acordar un previo cese el fuego de las partes o de manera unilateral por la subversión.
Lo anterior se da, en tanto se tienen diversas experiencias en las negociaciones de paz, por cuenta de las inmensas presiones que suelen aparecer en medio de las conversaciones. En esta oportunidad es de destacar que los sectores armados contrarios a la posibilidad de alcanzar una paz negociada no han salido con los atentados de otros tiempos. En el tercer debate por la Presidencia de los Estados Unidos, Barack Obama, no hizo referencia alguna sobre su política exterior con Hispanoamérica, a diferencia de Mitt Romney, que expresó su interés en la suerte de nuestra región. Por lo cual las declaraciones del final de la campaña cobran especial significado. Sostiene el gobernante, desde Washington, que las Farc deben deponer las armas y dejar la actividad violenta, para avanzar a una propuesta de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos, en las conversaciones que se efectuarán en la Habana. Obama reiteró: Hemos trabajado mucho estos años en Colombia para ayudar en el conflicto: las Farc deben “comprometerse” con el proceso de paz. Siendo los Estados Unidos el principal aliado de Colombia en lo político y militar en lo que atañe al combate contra la subversión, su mensaje es de gran trascendencia. La ayuda de esa potencia puede ser decisiva para hacer la paz o continuar la guerra, en el caso de que los halcones de los grupos armados pretendan seguir con sus negocios turbios. Es, quizá, la última oportunidad que tienen de sentarse a la mesa a negociar con un gobierno democrático, sin ser rechazados como bandas terroristas y criminales.
Coinciden las declaraciones de Obama, con la información que se conoce de la última encuesta bimestral de Gallup, que indica un avance al 72 % de los colombianos que respaldan el proceso de paz. Esa noticia pesa, en cuanto el sentir de la opinión pública es fundamental en una trama de esa naturaleza, una pérdida de respaldo popular a las negociaciones puede dar al traste con las mismas. Ese 72 por ciento se refiere exclusivamente a que entiende como positivo que el Gobierno avance en esas negociaciones, en el intento de conseguir un pacto de paz. Al mismo tiempo, apenas el 39 por ciento estima que se puede llegar a un acuerdo con las Farc. Eso muestra la incertidumbre y el recelo con el cual la mayoría de los colombianos pacifistas miran las negociaciones. Y un 57 por ciento declara su franco pesimismo en cuanto a que se pueda llegar a un acuerdo pacífico con las Farc. Y la credibilidad de las Farc ha caído por el suelo. Apenas un 19 por ciento de los encuestados considera que en una eventual desmovilización de las Farc, los que dejen las armas puedan participar en política. No lo dice la encuesta, es posible que se refieran a la perturbadora posibilidad de la actuación en las elecciones de elementos que han cometido delitos de lesa humanidad.
El 74 por ciento de los encuestados, casi en empate con los que respaldan el proceso de paz que adelanta el presidente Juan Manuel Santos, sostuvo que las Fuerzas Armadas están en condiciones de derrotar militarmente a los subversivos. Lo cierto es que las negociaciones no serían posibles sin el apoyo del estamento castrense. Lo que demuestra una vez más la madurez política y el sentido de sacrificio de nuestros soldados para respaldar un eventual proceso de paz, mientras siguen exponiendo su vida por la Patria.
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Precisión. En referencia al editorial del día martes 30 de octubre se aclara que, contrario a lo publicado, lo que dijo el vicepresidente del Senado, Guillermo García, es que si el jefe de Estado tiene en cuenta los tiempos de elección en el Legislativo para la escogencia de Procurador, se podría estar hablando del 30 de noviembre. “Para los temas que tienen que ver con elecciones, no pueden darse en sesiones extras, sino en ordinarias”, señaló.