En un año Colombia perdió recursos equivalentes a 1,4% del Producto Interno Bruto, PIB, debido a los menores ingresos del sector minero-energético, advirtió el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.
Esto significa un retroceso en las finanzas de casi 8 billones de pesos. A esta cantidad habría que adicionarle el encarecimiento de la deuda externa por efectos de la tasa de cambio (dólar) que asciende a cerca de 0,3% del PIB. El choque negativo entre los intereses de la deuda externa por cuenta de la devaluación y los efectos de menores ingresos petroleros ascendió a 1,7% del PIB entre el año pasado y 2015.
“Si nosotros no hubiéramos hecho nada, el déficit fiscal del año pasado que fue de 2,4% del PIB habría aumentado en 1,7 puntos porcentuales, es decir que habría llegado a 4,1%”, indicó el ministro Cárdenas, al destacar la importancia de haber implementado la regla fiscal para controlar los desbordes que se podrían haber presentado en el manejo de la economía.
“Es decir si no se hace nada, la situación fiscal sería muy diferente y estaríamos por fuera de la regla fiscal y de lo que ordena esta ley”, dijo el funcionario.
Reiteró que el ajuste fiscal ha sido de 1,1% del PIB, debido a que a cambio de tener un déficit de 4,1% lo vamos a tener de uno de 3%. Cárdenas destacó que se ha hecho un “enorme esfuerzo” por el lado de ingreso y por el de gastos en el Gobierno Nacional para reducir el déficit y cumplir con la regla fiscal en un contexto de disminución de los ingresos por cuenta de los bajos precios del petróleo en el mercado internacional.
El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, resaltó la importancia de la regla fiscal. “Todos los miembros de la Junta (del Banco Central) consideramos que la institución fiscal relacionada con la regla fiscal es de gran avance para la economía colombiana y por lo tanto, ese instrumento es fundamental para el manejo de la economía tanto en periodos de auge como en los de caída”.
Vemos con beneplácito “el compromiso que tiene el Gobierno nacional de preservar y defender la regla fiscal”, dijo Uribe.
En el marco fiscal de mediano plazo, las proyecciones relacionadas con el sector petrolero se ajustaron a la baja de manera importante. El precio de largo plazo del barril de crudo para Colombia este año se ubica en US$74 y para el próximo en US$70. La tendencia descendente se mantiene en años siguientes, hasta estabilizarse en el rango de US$61–US$64 en el mediano plazo.
Esto, a diferencia del MFMP 2014, en el cual el rango estimado para la siguiente década estaba en US$98-US$107. Por su parte, como resultado de la menor inversión prevista en el sector petrolero se redujo la estimación de producción de crudo a un nivel estable de 1 millón de barriles diarios hasta 2022.
Como resultado de lo anterior, se anticipa una reducción importante de la renta petrolera percibida por el GNC, desde 2,6% del PIB el año anterior hasta 1,2% este año y apenas 0,4% del PIB en 2016. Esto es consecuente con nuestra advertencia en el sentido de que el mayor impacto del choque petrolero sobre las finanzas públicas se materializará el próximo año, momento a partir del cual había una recuperación leve, a niveles de 0,7% del PIB hasta 2019 y 0,5% el PIB en adelante.
Los menores ingresos del sector minero-energético, representan un golpe para las finanzas del Estado durante este año./ENS