Colombia no hace parte del Convenio de Minamata contra el mercurio | El Nuevo Siglo
Viernes, 18 de Agosto de 2017

Entró en vigor el pasado miércoles el tratado internacional que tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos tóxicos del mercurio. Su primera conferencia se realizará en septiembre en Suiza, con la participación de los 74 países que ya son parte.

Se calcula que Colombia, con 75 toneladas por año en promedio, es el país en el mundo que más mercurio libera per cápita, es decir en relación proporcional con su población. Mientras que China e Indonesia le superan en toneladas –445 y 145 al año, respectivamente–, el impacto en el país puede verificarse al calcular cuánto mercurio se libera por cada colombiano. Por cada indonesio se liberan 0,6 kilogramos (kg) al año y por cada chino 0,3 kg. Al mismo tiempo, por cada colombiano se liberan, en el territorio nacional, 1,6 kg del metal tóxico anualmente.

*Cálculos propios, basados en información del libro: Mercury fate and transport (2009), capítulo 6, Veiga, Marcello y Telmer, Kevin H. Nota: Los autores calculan las liberaciones de mercurio, asumiendo que el total del mercurio empleado en la minería de oro a pequeña escala equivale al mercurio liberado al ambiente. Datos de población consultados en datos.bancomundial.org

Frente a esta situación, el país viene realizando distintos esfuerzos para erradicar el uso del mercurio en la minería de oro y otros procesos productivos. Es así que el próximo año quedará prohibido su uso en la minería aurífera y en 2023 en los demás sectores productivos, según lo estableció la Ley 1658 de 2013, conocida como la Ley de Mercurio. Sin embargo, hacer frente a la problemática de este metal tóxico requiere recursos, ejercer controles en el comercio internacional y recibir asistencia técnica y tecnológica. Colombia podría obtener todo lo anterior en caso de ratificar el Convenio de Minamata que, además, estipula acciones específicas para descontaminar cuerpos de agua que tengan mercurio. Asimismo, esta ratificación permitiría al país acceder a monitoreo internacional para asegurar el cumplimiento de sus obligaciones.

El trámite legislativo para que Colombia ratifique su adhesión al Convenio consta de 4 debates en el Congreso. El primero ya se realizó en abril y la Comisión Segunda del Senado aprobó por unanimidad. Faltan un debate en plenaria del Senado y dos en la Cámara de Representantes para que, una vez se apruebe la Ley, pase a sanción presidencial y luego a revisión de la Corte Constitucional. Si la Corte lo declara conforme a la Constitución, la Cancillería prepara y deposita el instrumento de ratificación ante el secretario general de Naciones Unidas en Nueva York, quien es el depositario del Convenio.

“La contaminación por mercurio es una problemática que debe abordarse de forma integral y requiere la cooperación de la comunidad internacional. Que los países hagan parte de este Convenio complementa y fortalece las diferentes legislaciones domésticas, como ocurre aquí en Colombia”, explica Mauricio Cabrera, coordinador de política en temas mineros de WWF, y continúa: “Tenemos la Ley y el Plan Único nacional de mercurio, pero al adherir al Convenio se aprovechará la experiencia, asesoría, capacitación, tecnología, recursos humanos, financieros y técnicos internacionales que son necesarios para eliminar el uso de este metal”.

Datos clave

El Convenio de Minamata fue adoptado en Japón el 10 de octubre de 2013 y lleva el nombre de una bahía japonesa donde miles de personas se intoxicaron con metilmercurio, la forma orgánica del metal que es absorbida por el cuerpo humano. Fue allí donde se evidenció por primera vez lo que se denominó como la enfermedad de Minamata, un trastorno que genera impactos neurológicos severos, que se manifiestan con síntomas como el deterioro de los sentidos de la vista y el oído, la descoordinación corporal y parálisis, entre otros.

El mercurio (Hg) es ampliamente reconocido como un contaminante global y constituye un problema de salud pública y ambiental. Este metal no tiene ninguna función fisiológica beneficiosa para el cuerpo humano y en cualquiera de sus formas es tóxico para los organismos vivos y el ambiente. La Organización Mundial de la Salud lista el mercurio como uno de los 10 productos químicos más problemático para la salud pública. 

El mercurio puede llegar al cuerpo humano de diferentes maneras: a través del contacto con la piel, al ingerirse o al inhalarse. Esto implica que podemos contaminarnos con mercurio al interactuar directamente con el metal, al consumir alimentos contaminados, o al respirar el aire cerca a lugares donde se evapora mercurio, como ocurre con la amalgama oro – mercurio utilizado en la minería. La magnitud de los efectos tóxicos del mercurio depende de varios factores, entre ellos, cuál es la dosis recibida, cuál es la forma química del metal y la vía y el tipo de exposición, es decir, si es aguda (una sola vez) o crónica (prolongada).