Contrario a lo que vienen impulsando otros países de economías emergentes, Colombia se quedó atrás en desarrollar industrias cero kilómetros como medida para diversificar su canasta exportadora.
Así lo indica un análisis de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, organismo que dirige Sergio Clavijo. El informe que tuvo la colaboración de Alejandro Fandiño, indica que “las cifras de Inversión Extranjera Directa (IED) nos indican que nuestro aprovechamiento no ha crecido, pues la IED destinada hacia el sector manufacturero colombiano se ha estancado en promedio en 1.200 millones de dólares por año. Dicho de otra manera, no se notan en Colombia numerosos proyectos industriales “cero kilómetros” (green field invesment), como ha ocurrido en Asia o en algunos casos de Centro América”.
Señala la investigación que “esto debido al elevado ‘Costo Colombia’ que ahora busca combatir, con buen tino la Administración Santos. El problema para Colombia es que los TLCs nos han llegado tarde, pues el mundo desarrollado ya ha entrado en la ‘Tercera Revolución Industrial’ y ahora debemos enfrentarnos a la ‘repatriación’ de las industrias hacia el mundo desarrollado, aprovechando el alza de costos en China y la sofisticada producción industrial robótica”.
Explica el informe que “así, Colombia puede quedarse por fuera de este nuevo patrón de localización industrial, especialmente si no agilizamos nuestra ‘agenda interna’ en materia de reducir los Costos Laborales Unitarios, CLU, como sí lo han hecho México y Costa Rica. En efecto, el éxito costarricense radicó en ingresar a algunas cadenas globales de productos tecnológicos manufacturados (el caso Intel que naciera en 1998)”.
Sostienen los expertos de ANIF, que “según Reyes (2008 “El Caso de Intel en Costa Rica”), dicho éxito se debió a: i) liderazgo gubernamental; ii) focalización en buena educación tecnológica y bilingüe; y iii) desarrollo de adecuada infraestructura vial y portuaria. Tras 15 años, ese tipo de proyectos ha logrado incrementar el aporte manufacturero en 5% del PIB, con clara orientación exportadora. En la actualidad cerca de 400 firmas del sector de electrónica-eléctrica exportan a 90 países. Con lo cual, las externalidades positivas del líder (Intel) se han transmitido a las pequeñas firmas, lo que les ha permitido conquistar los mercados externos”.
Ante esta situación, los analistas consideran que “Colombia también cuenta con algunos sectores que podrían replicar dicha experiencia, tales como equipos de transporte, de telecomunicaciones, aparatos médicos, maquinaria y equipo, entre otros. Sin embargo, hasta la fecha el país no ha logrado atraer proyectos cero kilómetros con tecnología de punta; continuamos excesivamente recargados en la exportación de commodities (un 75% del total exportado)”.
De allí que “es indispensable montar una adecuada estrategia de reducción de los CLUs y de dotación de infraestructura, en lo cual seguimos con bastante letargo. Por ejemplo, el CLU de Colombia se ha deteriorado en casi 33 puntos básicos respecto de los Estados Unidos en años recientes”.
Señalan los investigadores que “con el surgimiento de China, durante las dos últimas décadas, se ha presentado una segunda racha de movimientos “off-shoring”, ahondando la desindustrialización de los países desarrollados”.
Sostienen que “la crisis 2007-2013 les ha puesto una nueva prueba de renovación tecnológica, que parecerían estar superando (especialmente Estados Unidos y Alemania), aunque los casos de Francia, España e Italia lucen mucho más complicados”.