Excancilleres y expertos en temas internacionales expresaron que Colombia debe mantener su postura prudente y continuar con su política de no intervención en un conflicto como el del Medio Oriente que nada le interesa al país.
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Colombia debe mantener la embajada en Tel Aviv y no trasladarla a Jerusalén, como lo han hecho varios países, entre ellos Guatemala, tras la decisión del presidente de EU, Donald Trump. Así lo aseguraron varios internacionalistas quienes se mostraron en desacuerdo con una escalada de determinaciones de otras naciones que para nada le convienen al país.
Analistas y excancilleres reiteraron la necesidad de que Colombia mantenga la total prudencia dentro del conflicto del Medio Oriente. El exministro Fernando Araujo dijo en este sentido que “creo que Colombia debe esperar con prudencia el desarrollo de los hechos en el Medio Oriente y no debe ser un factor de discordia, sino más bien buscar ser un factor de unión y de solución”.
Por su lado Julio Londoño Paredes manifestó que “Colombia desde hace mucho tiempo tomó la determinación de mantener su embajada en Tel Aviv y no hay ninguna razón para mover en estos momentos su sede diplomática a Jerusalén, el hecho de que los Estados Unidos lo hayan hecho no quiere decir que Colombia lo deba hacer”.
Agregó sobre la postura del país que “creo que Colombia actúo de una forma adecuada, no se trata de hacer una crítica a los Estados Unidos, cada país es independiente en su política exterior, Colombia tiene la suya, los Estados Unidos tuvieron la suya, habrán razones para que el presidente de los Estados Unidos haya hecho eso”.
Por su lado el senador Guillermo García Realpe de la Comisión Segunda del Senado, afirmó que “no debe moverla, debe quedar en Tel Aviv, en Israel, ya que Jerusalén es el centro de tres culturas, tres religiones, tres estados. Colombia debió haber votado en contra del traslado de los Estados Unidos, Colombia debe ser definido, debe fijar posiciones”.
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Tensiones
Ronald Rodríguez Investigador del Observatorio de la Universidad del Rosario, señaló que “esto genera una serie de tensiones en las cuales Colombia bajo la actual Administración ha querido participar, incluso el Presidente Juan Manuel Santos cuando esbozó su política exterior manifestó el querer estar en el contexto internacional e incluso participar en un proceso de paz entre israelitas y palestinos. Este es un tema que sobrepasa los alcances de la dimensión exterior de Colombia. Nuestro país tiene unas particularidades en el contexto latinoamericano, ya que no reconoce al Estado Palestino y tiene un vínculo muy cercano a Israel. Lo mejor es mantener una posición más neutral y no alinearse con la posición actual de los Estados Unidos”.
Por su parte Carlos Arévalo, profesor de la Maestría en Derecho Internacional de la Universidad de La Sabana, dijo que “no creo que sea el momento para tomar ese tipo de decisiones, sobre todo teniendo en cuenta la coyuntura, cualquier cosa que haga al respecto va terminar entendiéndose que se toma partido a favor de alguna de las posturas y por lo tanto es mejor mantener y dejar las cosas tal como esta”.
Agregó que este no es el momento para trasladar la sede de la embajada de ese país de Tel Aviv a Jerusalén, “cualquier cambio que se haga por parte de Colombia va ser entendido apoyando a algunas de las posiciones y por lo tanto es dejar las cosas tal cual como están, no tomar ninguna determinación, no tomar ninguna medida al respecto”.
Andrés Molano profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, sostuvo que “no hay ninguna razón para seguir el movimiento de los Estados Unidos o de Guatemala y la pregunta es ¿por qué debería cambiarla?”.
Explicó que “la mayor parte del Estados, la comunidad internacional y países que no reconocen al Estado de Palestina tienen su embajada en Tel Aviv, hay que mantener la prudencia. Lo que yo veo es que no hay ninguna razón para emular la determinación de los Estados Unidos o para sumarse a los Estados Unidos. Mantenerla como en el caso de Colombia es lo más conveniente”.
Walter Arévalo, profesor de la Universidad del Rosario, dijo que “la respuesta debe ir por otro lado más allá de la situación actual con el gobierno de Trump y es que hacer un traslado de una embajada genera costos, tiene que comprar un predio, tiene que trasladar al personal diplomático y consular, y el solo costo ya es muy grande para Colombia, haciéndole falta muchas embajadas en otros sitios, creo que es un costo innecesario y donde está funcionando, está muy bien, no creo que se deba trasladar por razones políticas”.
Aseguró que la abstención que ha tomado en las Naciones Unidas es coherente, las relaciones diplomáticas con Israel son fuertes, Colombia debe seguir absteniéndose”.
Posición colombiana
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia reiteró su posición histórica sobre el estatus de Jerusalén. Colombia reconoce que sobre este tema existe un consenso internacional de más de 70 años. Colombia siempre ha privilegiado una solución pacífica al conflicto entre Palestina e Israel.
En este sentido señalan que “hemos expresado la necesidad de mantener un diálogo y una negociación directa para alcanzar una solución sostenible que ponga fin a este conflicto. Para Colombia es fundamental apoyar acciones que contribuyan al consenso y no que sigan dividiendo aún más a la comunidad internacional”.
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