Fuentes consultadas por EL NUEVO SIGLO dijeron que el país sí comparecerá ante la Corte por la demanda interpuesta por Nicaragua, en septiembre de 2013, para que se le extienda su plataforma continental. La costumbre, principal argumento de Managua contra Bogotá

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Este 27 septiembre vence el plazo para que Colombia responda la demanda interpuesta por  Nicaragua el 16 de septiembre de 2013 ante la Corte Internacional de Justicia, solicitando la extensión su plataforma continental más allá de 200 millas náuticas a partir de su costa, lo que afectaría de forma grave la soberanía de nuestro país en las aguas del Caribe.

Managua busca que se le reconozcan los derechos de exploración y explotación en una parte de la plataforma continental colombiana, llegando, de ser positivo el fallo a sus intereses, a  poco más de 100 millas náuticas de Cartagena.

Luego de tres años de radicado el pleito, la Corte de La Haya admitió la demanda nicaragüense, en marzo del año pasado, argumentando que no se había pronunciado sobre ese punto particular en la sentencia del 19 noviembre de 2012,  que fijó los límites marítimos entre ambos países y aunque ratificó la soberanía de Colombia sobre las islas de San Andrés y Providencia, sí le cercenó a nuestro país un área marítima circundante de casi 80 mil kilómetros cuadrados.

En 2012,  el Tribunal –en el párrafo 120 de ese fallo- expuso que “no está en capacidad de delimitar la frontera de plataforma continental entre Nicaragua y Colombia solicitada por Nicaragua, incluso si utilizara la formulación genérica propuesta por ella”.

Al conocer la admisibilidad del caso en 2013, Colombia alegó que el tema ya era cosa juzgada considerando que tal pretensión ya había sido fallada en la sentencia del 2012. Sin embargo, en una cerrada decisión, la Corte concluyó, en una votación de 8 a 7, que no se había fijado una frontera final, por tanto, la solicitud nicaragüense podía ser estudiada.

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Comparecencia

Tras admitir el caso, se especuló que la delegación de Colombia no comparecería ante la Corte para defenderse en este segundo pleito y recurriría a la fórmula de entregar un “libro blanco” con sus consideraciones al respecto pero sin que hiciera parte fáctica y formal del proceso.

Sin embargo, altas fuentes del Gobierno colombiano le confirmaron a EL NUEVO SIGLO que “gústenos o no nos guste, la Corte, primero, va a seguir conociendo del caso y, segundo, va a tomar una decisión. En esas condiciones, Colombia debe participar. Consideramos que la mejor defensa de Colombia es participando del proceso y participando con unos argumentos técnicos y jurídicos muy importantes”.

La misma fuente añadió que Colombia debe defenderse porque  “primero, Nicaragua no tiene los derechos que dice que tiene. Y segundo, Colombia tiene mejores derechos” para lograr que se rechace la pretensión de Managua de extender su plataforma continental más allá de 200 millas náuticas a partir de su costa sobre el Atlántico.

Es muy probable que, como lo ha venido diciendo este Diario, Colombia diga este 27 de septiembre que tiene derechos de uso exclusivo dentro de las 200 millas náuticas de la plataforma continental.

Además ratificará que su Zona Económica Exclusiva (ZEE) debe está dentro su plataforma continental, conforme a la jurisprudencia de la Corte (caso Libia vs Malta). Nicaragua, por el contrario, intenta que una parte de esa ZEE de Colombia se quede sin plataforma continental.

Bogotá también hará mención de la falta de  competencia de la Corte para conocer este caso, eventualmente. Esto porque unos días después del fallo de 2012, Colombia denunció el Pacto de Bogotá mediante el cual Colombia reconocía la jurisdicción de La Haya. Aunque algunos juristas indicaron que la decisión tenía efectos inmediatos, otros alegaron que por el siguiente año se podrían seguir radicando demandas contra nuestro país, pero no por asuntos nuevos.

Estrategia de Managua

El argumento central de Nicaragua es que sus derechos se extienden más allá de su plataforma continental de 200 millas náuticas. Dicha extensión, como se dijo, puede llegar incluso a adentrarse en las 200 millas náuticas de Colombia, alrededor de las platas de San Andrés y Providencia, o  incluso llegar a un poco más de 100 millas náuticas de las costas de Cartagena.

Esta pretensión de Nicaragua es distinta a la  demanda fallada en 2012. En esa oportunidad, Nicaragua quería que se le reconociera soberanía sobre San Andrés y Providencia. Ahora, si bien la nación centroamericana reconoce la soberanía de Colombia sobre las islas, solicita que se amplié su plataforma continental afectado, de nuevo, los derechos soberanos de Colombia.

“La mejor defensa de Colombia es participando del proceso y participando con unos argumentos técnico y jurídicos muy importantes”

Para tratar de sustentar su petición, Managua dice que, conforme a la costumbre internacional, puede solicitar la extensión de su plataforma continental y, por tanto, extender su Zona Económica Exclusiva.

Es una petición bastante sui generis y polémica. Parte de la discusión es “si la extensión de 200 millas náuticas hace parte de la costumbre o no. No habido ningún caso, en la ICJ, que haya dicho eso antes”, explica Mario Torres, magister en Derecho Internacional de la Universidad de los Andes.

Pero Nicaragua dice que existe una práctica reiterada de varios países que solicitan la misma pretensión, por lo que su nación puede pedir lo mismo. Además argumenta que la Convención del Mar, en su artículo 76, dispone la extensión de la plataforma continental y la cristaliza como costumbre internacional.

Esa Convención, tratado del que Colombia no es parte, tiene un organismo que estudia y define las diferencias limítrofes. Nicaragua dice que, pese a que su contraparte no integra dicha instancia, allí se cristaliza y recopila la costumbre internacional, principal fuente de derecho para pretender la extensión de su plataforma continental.

Nicaragua ha argumentado lo mismo que China frente a su diferendo con Japón en el Mar Oriental chino. En ese caso, Pekín dice, como Managua, que su derecho de extender su plataforma continental es mejor que el de Tokio. Bajo un análisis de proporcionalidad, expone que por encima de los derechos de su contraparte están los límites impuestos por la geografía.

¿Qué se viene?

El 27 de septiembre se cumple el plazo para que Colombia se defienda ante la Haya. A partir de la fecha iniciaría un proceso en el que se estudiarán los fundamentos presentados por las partes y, posteriormente, serán citadas para leer el fallo final. Para ello pasarán algunos años.

Lo ideal para Colombia es que se “ratificara lo de 2012 o que la Corte dijera que no existe una costumbre internacional para extender la plataforma, o que diga que cualquier modificación no sería equitativa para Colombia”, dice el internacionalista Mario Torres.

Si el fallo es adverso a Colombia, sería un golpe a la soberanía muy duro y complicado. En ese sentido, declararía las islas de San Andrés como enclaves o determinaría que enclavar no es una decisión equitativa, por lo que aprobaría la plataforma continental extendida que pide Nicaragua.

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