Colombia es el país de América Latina con mayor expectativa de vida (60 años) y ha mejorado significativamente en los indicativos de seguridad social para los ancianos, aunque cayó significativamente en educación y empleo para este sector poblacional.
Así lo reveló la clasificación Global Age Watch 2014, que elabora cada año la organización británica de ayuda a la vejez Help Age International y donde el país se ubica en el puesto 52 (en 2013 se había ubicado en el 54).
La organización británica realizó esta clasificación tras evaluar 96 países del mundo y es el resultado de la combinación de cuatro factores: seguridad de los ingresos, salud -esperanza de vida y bienestar psicológico-, capacidades -posibilidad de trabajar o educarse, por ejemplo- y entorno -seguridad, libertad cívica, relaciones sociales.
Según el informe, el mejor país del mundo para envejecer es Noruega y el peor en América Latina es Venezuela (76).
Con la excepción de Japón (9), los 10 países de más alta clasificación se encuentran nuevamente en Europa occidental, Norteamérica y Australasia.
El país con la posición más baja respecto al bienestar de las personas mayores es Afganistán (96). Países de todas las regiones se encuentran representados en el nivel inferior; sin embargo los países del continente africano constituyen la mitad de los países con las clasificaciones más bajas en los dominios de Seguridad de ingresos y Estado de la salud. Venezuela (76), Serbia (78) y Turquía (77) también se encuentran en esta sección, con posiciones similares a las de países del África Subsahariana y Asia.
Colombia y América Latina
Y aunque en el capítulo de Colombia se destaca por una buena puntuación en los ítems de seguridad de ingresos y salud (esperanza de vida y estado sicológico) con la mayor puntuación del promedio regional -demostrando así una mejora en las políticas para este sector poblacional y donde destaca el programa de Colombia Mayor, se “raja” en la evaluación de empleo y educación, lo que incide notoriamente en el top general.
También señala el informe que actualmente los adultos mayores (60 años o más) en Colombia son 4,8 millones, es decir el 9,9 por ciento de la población total del país. Se proyecta que en el 2030 será el 16,4 por ciento y dos décadas después, en 2050, representarán el 23,8 por ciento de la población colombiana.
A nivel latinoamericano por encima de Colombia están Chile (22) seguido por Uruguay (23), Panamá (24), Costa Rica (26), México (30), Argentina (31), Ecuador (33), Perú (42) y Bolivia (51).
Por debajo se ubican Nicaragua (54), El Salvador (57), Brasil (58), República Dominicana (62), Guatemala (63), Paraguay (66), Honduras (75) y Venezuela (76).
Día de los Ancianos
Los cinco primeros países de este índice, cuya difusión coincide con el Día Internacional de las Personas de Edad, de la ONU, son Noruega, Suecia, Suiza, Canadá y Alemania.
Los resultados de Venezuela se explican por la inseguridad y porque tiene la tasa más alta de pobreza en la tercera edad de los países latinoamericanos evaluados, si bien sus pensiones están en la media.
Que Brasil, la mayor economía latinoamericana, aparezca en el furgón de cola regional se debe a la insatisfacción de las personas mayores con la seguridad y el transporte público.
Las personas mayores de 60 años son el 12 por ciento de la población mundial, unos 868 millones. Se estima que en 2050 serán el 21 por ciento, casi tantos como los menores de 15 años (unos 2.000 millones).
Los autores afirman que "el índice nos dice que el crecimiento económico no basta por sí solo para el bienestar de las personas mayores y que hay que poner en marcha políticas específicas que aborden las implicaciones de envejecer".
En el caso de Latinoamérica, el informe elogia la expansión de las pensiones sociales, que se conceden aunque el anciano no hiciera aportaciones a la seguridad social durante su vida laboral.
"México (30) y Perú (42) son ejemplos de este giro hacia las pensiones sociales. El esquema de pensiones contributivas que se introdujo en México en 1943 cubre alrededor de un cuarto de los mexicanos. Pero la rápida expansión de las pensiones sociales en la pasada década significa que cerca de 9 de cada 10 mexicanos de más de 65 años están cubiertos", afirma el documento.
Crecimiento económico
El Índice demuestra que el crecimiento económico por sí solo no mejorará el bienestar de las personas mayores y que debe haber políticas específicas para tratar las repercusiones del envejecimiento. Las políticas de seguridad de ingresos de México (30) han hecho que este país mejore en 26 posiciones en la clasificación general respecto al año pasado, a pesar de que es un país menos próspero que Turquía
El informe reitera que el siglo XXI está siendo testigo de una transición demográfica global, en la que la población está envejeciendo a una velocidad sin precedentes y por ello los gobiernos deben adecuar sus políticas sociales para procurar una mejor calidad de vida para este sector poblacional.
Para el año 2050 -faltan menos de 40 años- las personas mayores (definidas como personas con 60 años o más) representarán más de un quinto de la población mundial
Una sociedad para todos: ONU
Según las Naciones Unidas, en la actualidad casi 700 millones de personas son mayores de 60 años. Para 2050, las personas de 60 años o más serán 2.000 millones, esto es, más del 20 por ciento de la población mundial. Con esto en mente, está claro que es necesario prestar mayor atención a las necesidades particulares de las personas de edad y los problemas a que se enfrentan muchas de ellas. No obstante, es igualmente importante la contribución esencial que la mayoría de los hombres y las mujeres de edad pueden seguir haciendo al funcionamiento de la sociedad si se cuenta con las garantías adecuadas. Los derechos humanos se hallan en la base de todos los esfuerzos en este sentido.
El tema del Día Internacional de las Personas de Edad de 2014 es “no dejar a nadie atrás: promoción de una sociedad para todos”. Haciendo honor al principio rector del Secretario General “no dejar a nadie atrás” requiere la comprensión de que las cuestiones demográficas para el desarrollo sostenible y la dinámica de la población darán forma a las principales dificultades de desarrollo que enfrenta el mundo en el siglo XXI. Si nuestra ambición es “construir el futuro que queremos”, debemos ocuparnos de la población mayor de 60 años que se calcula llegará a los 1.400 millones para el año 2030.
Revolución pensional
La prolongación de la vida representa un triunfo del desarrollo humano y esto está beneficiando a un número cada vez más grande de personas adultas mayores en todo el mundo, sin embargo es común que los mayores sean considerados una carga o que se los ignore por completo.
Existen cerca de 868 millones de personas de más de 60 años, lo que representa casi el 12 por ciento de la población mundial. Se pronostica que para el año 2050 habrá casi tantas personas de 60 años o más como niños menores de 15 años, 2.020 millones y 2.030 millones, respectivamente.
Prácticamente todos los países tienen algún tipo de sistema de pensión, pero en las últimas dos décadas hubo una explosión de nuevas pensiones financiadas con impuestos; las llamadas pensiones sociales o no contributivas, las mismas que ahora existen en más de 100 países, con el potencial de crear ingresos básicos y estables para los adultos mayores más pobres. Algunos de los cambios más grandes en el Índice de este año se han presentado por la ampliación de estas pensiones sociales, como en América Latina, que ha ampliado de manera dramática su cobertura.
Esto es un reflejo de una tendencia global reciente. China (48) introdujo una pensión social rural en 2009 para cubrir a 133 millones de personas de 60 y más años. Otros países, como Nepal (70) y Tailandia (36) han seguido un camino similar.
El surgimiento de pensiones sociales marca un cambio de prioridad en las políticas sobre el sistema de pensiones.
Históricamente se ha enfocado más en las pensiones contributivas, pero en países de ingresos bajos y medios estos esquemas no están logrando satisfacer las necesidades de una gran parte de sus ciudadanos. Esto se debe a que la mayoría de la gente trabaja en el sector informal, donde los empleos son precarios y no hay acceso a esquemas previsionales formales. A menudo los ingresos son demasiado bajos como para poder ahorrar para la vejez. Pocas personas de la creciente clase “media frágil”
- quienes han escapado de la pobreza extrema - podrían ahorrar para una pensión.
México y Perú (42) son ejemplos importantes sobre este cambio. El sistema contributivo introducido en México en 1943 a la fecha, sólo cubre a alrededor de una cuarta parte de los mexicanos mayores. Pero la veloz expansión de los esquemas de pensiones sociales de la última década ha hecho posible que casi nueve de cada 10 personas de 65 años y más estén ahora cubiertas.
En Perú, Juana Huamaní Bautista, de 74 años, tiene ahora derecho a una pensión social bajo el programa Pensión 65. Con la suma de 250 nuevos soles (89 dólares) cada dos meses, la pensión de Juana no es mucho, pero le proporciona cierto grado de independencia.
“Ahora no tengo que preocuparme tanto de dinero. Cuando me enfermo, puedo comprar medicinas sin tener que pedir a mis hijos”, dice ella.
Ingreso básico
Según Help Age, las pensiones sociales ayudan a luchar contra la desigualdad y apoyar el crecimiento. En la mayor parte de los países de la Unión Europea, los sistemas de pensiones en general logran reducir la desigualdad más que en otras partes donde se combinan sistemas impositivo y de beneficencia. También se puede contribuir en la reducción de la pobreza incrementando la cantidad de dinero del cual disponen las familias. Esto puede tener los mismos resultados en países de bajos ingresos. En Bolivia, la pensión universal para los mayores de 60 años, Renta Dignidad, ha dado lugar a un incremento importante en el nivel de inscripción escolar y a la disminución del trabajo infantil en hogares con personas mayores que reciben dicha pensión social.
Entonces, los ingresos básicos estables para los adultos mayores, ¿son asequibles para países de ingresos bajos y medios? El costo es, en realidad, mucho menor a lo que a menudo se presupone. Investigaciones en 50 países revelaron que el costo de las pensiones sociales universales para personas de 65 años y más a un nivel del 20 por ciento del promedio de ingresos costaría entre el 0,4 por ciento del PIB en Burkina Faso y el 1,8 por ciento en China.
A pesar de estas experiencias exitosas, la realidad señala que sólo la mitad de la población del mundo puede esperar recibir una pensión básica en la vejez. Incluso en países con pensiones sociales, muchas de éstas son enfocadas de manera limitada y son demasiado pequeñas como para lograr una verdadera diferencia. Para que cambie esta situación, más países deberán mejorar sus posiciones en el Índice garantizando ingresos mínimos adecuados para todos los mayores.