Al equipo nacional se le vieron muchas ganas, pero poco orden y no fue ni la sombra de aquel elenco que cautivó al mundo hace un año en Brasil.
Tras un flojo primer tiempo, el sorpresivo gol de Rondón, sobre el minuto 59, Colombia intentó llegar al empate, pero no fue claro y acudió a un arma equivocada, el pelotazo y allí fracasó porque la zaga vinotinto siempre estuvo atenta y por arriba ganó siempre.
El técnico José Pekerman movió sus fichas pero solo Edwin Cardona logró aportar algo de talento, aunque no el necesario para que la Selección recuperar su juego de conjunto, su talento y las ideas para generar fútbol ofensivo.
El ingreso de Teo Gutiérrez de nada sirvió y Jackson Martínez tuvo poco tiempo para intentar con su potencia y velocidad dar vuelta al marcador o por lo menos llegar al empate.
Muy mal partido de los laterales Zúñiga, que empezó por derecha y terminó por izquierda, y de Pablo Armero, quien se fue para dar paso a Martínez.
En el mediocampo, se notó la ausencia de un volante de más manejo. Sánchez y Valencia son del mismo corte y aunque recuperan mucho balón, no le dan salida desde atrás a la Selección. Y James y Cuadrado estuvieron lejos de su nivel, sobre todo el jugador del Chelsea que pasó desapercibido, entregó mal el balón y terminó como lateral derecho, en un partido para olvidar por parte de la afición pero del que Pekerman debe sacar muchas conclusiones.
Venezuela, en cambio, hizo un gran trabajo. Se le vio muy ordenado y supo defender el gol que le reportó los tres primeros puntos y confirmó que es el dolor cabeza de Colombia en todos los torneos.