Colombia abandonó 6,6 millones de hectáreas cultivables por conflicto | El Nuevo Siglo
Foto archivo Agence France Press
Viernes, 15 de Septiembre de 2017
Redacción Nacional

Con el abandono de 6,6 millones de hectáreas de tierras que antes eran cultivables en los últimos treinta años, se agravó en el país no solo la condición alimentaria sino que aumentó las condiciones de pobreza y desnutrición.

En el informe anual del Programa de Seguridad Alimentaria de la ONU, se destaca que Colombia fue testigo de un conflicto de cincuenta años que dejó a seis millones de desplazados internos, lo que equivale al 14% de la población total. Fue la consecuencia de las estrategias sistemáticas de desalojo y desposesión adoptada por grupos armados en su intento de apoderarse de los territorios rurales, controlar los recursos naturales y las tierras de valor, y apropiarse de las rentas asociadas a estos recursos.

Las estrategias de desplazamiento forzoso también se han asociado con la economía del narcotráfico, para cuyo crecimiento es necesario controlar rutas y tierras destinadas a producir cultivos ilegales. La escala y la magnitud del desplazamiento forzoso no son únicamente el principal efecto del conflicto armado, sino también la principal fuente de inseguridad alimentaria. Las poblaciones más pobres y vulnerables, incluidas las comunidades étnicas, son las que han sufrido en mayor medida las repercusiones.

En el transcurso de este conflicto, las consecuencias económicas y sociales en Colombia fueron a corto y a largo plazo. Las estrategias de desalojo y desposesión adoptadas por los rebeldes conllevaron en primer lugar el desplazamiento de los agricultores y los hogares rurales, mientras que la propiedad de la tierra se concentraba en unas pocas manos y tenían lugar cambios duraderos en el uso de la tierra y la producción agrícola (para pasar del cultivo de alimentos básicos al de productos de uso industrial, como el aceite de palma y las hojas de coca).

Ello afectó a la pobreza y la desigualdad, además de la producción de alimentos y el acceso a los mismos. Solo entre 1980 y 2010, se calcula que se abandonaron 6,6 millones de hectáreas de tierra como consecuencia del desplazamiento. Esta cifra sería incluso más elevada si se hubieran incluido los territorios de las comunidades étnicas.

La desposesión se concentró principalmente en las pequeñas propiedades y explotaciones, lo que afectó en particular a las familias rurales más pobres y vulnerables. Llegó a ser decisivo que Colombia compensara las pérdidas materiales sufridas por los desplazados y las poblaciones rurales a consecuencia del conflicto, entre otras cosas, instigando la restitución de las tierras y las viviendas, y mejorando el acceso al capital de explotación y los bienes de producción.

Desnutrición

En el último informe del Instituto Nacional de Salud reveló que al menos 89 personas han muerto por desnutrición en el país durante la primera mitad de 2017.

Según el informe del INS, entre los días 14 y 20 de mayo fallecieron ocho niños menores de cinco años por desnutrición.

En comparación con las cifras obtenidas en 2016, el aumento de la mortalidad por desnutrición ha aumentado considerablemente. En mayo del año pasado, la cifra era de tres niños muertos por inanición en el mismo periodo de tiempo.

Las niñas representan el 50 por ciento de estos fallecimientos, de los cuales un 69 por ciento se producen en niños con menos de un año de edad, según el documento, que señala que la situación es alarmante.

El Instituto Nacional de Salud ha advertido que el 25 por ciento de los casos tienen lugar entre la población indígena y ha señalado que las zonas más afectadas son los departamentos de La Guajira, Chocó, Córdoba, Meta y Nariño, donde tienen lugar el 74,9 por ciento de estas muertes.

La tasa de desnutrición en Colombia se encuentra en torno al 13,2 por ciento, según las cifras recabadas por organizaciones no gubernamentales.

 

En algunas regiones como Vaupés, que se encuentra en la Amazonía colombiana, la tasa es del 34,7 por ciento. En La Guajira, donde la malnutrición crónica afecta al 27,9 por ciento de los menores de cinco años, la tasa de desnutrición alcanza los 34,7 puntos.

 

Más hambre en el mundo

Tras haber disminuido de forma constante durante más de una década, vuelve a aumentar el hambre en el mundo, que afectó a 815 millones de personas en 2016 -el 11 por ciento de la población mundial-, según la nueva edición del informe anual de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición. Al mismo tiempo, múltiples formas de malnutrición amenazan la salud de millones de personas.

Este incremento -de 38 millones de personas más respecto al año anterior- se debe en gran medida a la proliferación de conflictos violentos y de perturbaciones relacionadas con el clima, según explica el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017.

Unos 155 millones de niños menores de cinco años padecen retraso en el crecimiento (estatura demasiado baja para su edad), según el informe, mientras que 52 millones sufren de emaciación, lo que significa que su peso es demasiado bajo para su estatura. Se estima además que 41 millones de niños tienen sobrepeso. La anemia en las mujeres y la obesidad adulta son también motivo de preocupación. Estas tendencias son consecuencia no sólo de los conflictos y el cambio climático, sino también de profundos cambios en los hábitos alimentarios y de las crisis económicas.