Ha causado conmoción en la comunidad académica el anuncio del recorte del 41% del presupuesto para Colciencias, sin embargo, la institución ha perdido su norte.
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LA INVESTIGACIÓN está de luto, es una frase que se ha escuchado estos días, cuando se anunció que el presupuesto para Colciencias en 2018 sería de 222 mil millones de pesos, el 59% del presupuesto actual. ¿Por qué se llegó a eso? Habría que entender la historia de la institución.
Colciencias se creó en 1968, durante el gobierno de Carlos Lleras como una institución adscrita al Ministerio de Educación y por lo tanto contó con un equipo técnico que empezó a promover la investigación en el país. En 1991 con la nueva Constitución llega su primera transformación cuando pasa a ser del DNP (Departamento Nacional de Planeación) ese cambio no representó modificaciones sustanciales en ser el gestor de la investigación en el país. La pérdida de su norte llega con el gobierno de Álvaro Uribe, cuando en 2009 la precandidata presidencial Martha Lucía Ramírez, junto a Jaime Restrepo y Francisco Miranda, cercano a la actual gobernadora del Valle Dilian Francisca Toro, promovieron en el Congreso la ley para convertirlo en un departamento administrativo.
Al mismo tiempo, se le crea el Fondo Francisco José de Caldas, y le exige captar recursos. De ahí vienen los problemas que aquejan a Colciencias, porque deja de esta dirigido por un equipo técnico y científico para hacer parte de la repartición política del gobierno. De ahí en adelante para nombrar su director se pasó a consultar a todos los partidos políticos y ocurrieron situaciones como la de la actual Ministra de Educación Yaneth Giha cuando como directora reconoció que hay dificultades en el sistema de ciencia y tecnología, pero señaló que en este momento no existía una sola propuesta en investigación en ciencias básicas apta para acceder a los recursos de las regalías. Para los investigadores y docentes, el comentario de la entonces directora de Colciencias les cayó como un baldado de agua fría, y su reacción fue promover en las redes sociales un “manifiesto de la inconformidad”.
“Los #CientíficosSíSaben qué hacer con 1.5 billones de pesos en regalías. Los políticos no han encontrado cómo usarlos”.
Existe una paradoja y es que algunas veces cuanto más estatus se le da una iniciativa, poco se mejora, por ejemplo, hoy el medio ambiente no está mejor y el Inderena resolvía problemas de forma más práctica. Si el director de Colciencias viene del partido más débil, los recursos serán menores, es una ingenuidad pensar que hacer un plantón para volverlo Ministerio le dejará mayores recursos a la investigación. Los que propusieron que se volviera un departamento administrativo deben explicar cómo sacarlo de su crisis.
Un problema estructural
Otra paradoja es que a pesar de las movilizaciones de la semana señalando al gobierno, fue este el que hizo la reforma más importante en ciencia y tecnología, al asignar el 10% del Sistema General de Regalías, se saltó a tener el triple de recursos de 400 mil a 1.200 millones de pesos.
Colciencias no fue capaz de liderar el sistema, porque no hay un técnico, experto en el tema, sino un político. La estructura no es de un líder que pueda coordinar los 32 departamentos, se inventaron, que ellos son expertos en hacer convocatorias, como si existiera esa profesión en el mundo, con los cual los medios se convierten en fines y el sistema se corrompe. Hoy la fortaleza de Colciencias se quedó en hacer convocatorias.
Se fueron al traste programas como Colombia Científica y lo que pasa con regalías, porque por ejemplo, para ser estructurador de proyectos, se tiene que hacer un curso en Colciencias y estar certificado, el proyecto estructurado debe ir al PAED, y el actor principal con voz y voto es Colciencias. Después para mejorarlo se lleva a una mesa técnica, que se hace en Colciencias, sigue el SUIFP (Sistema Unificado de Inversiones y Finanzas Públicas) que es una estructura del DNP y Colciencias, se revisan los requisitos de forma, que los aprueba Colciencias, si está bien, se lleva al panel de expertos, que los elige Colciencias. Al final si pasa el panel de expertos, llega al OCAD (Órgano Colegiado de Administración y Decisión) el secretario técnico que define la agenda, es decir no hay otro actor que Colciencias, eso evidentemente alimenta una burocracia y pone en duda si los proyectos elegidos son pertinentes o necesarios y no solución a intereses políticos particulares.
Una propuesta
La comunidad académica le está pasando lo del viejo dicho, por quedarse con el árbol no aprecian el bosque. La nueva ley aprobada por el congreso para el 10% de las regalías triplicará la inversión en el área, y lo más importante por meritocracia y proyectos sostenibles, para que no sean los gobernadores los que decidan cuáles son los proyectos que valen la pena. Como lo afirma un artículo de El Espectador, en 2011, bajo el primer mandato del presidente Juan Manuel Santos, se acordó que el 10 % de las regalías debían destinarse a este fondo para darle un nuevo impulso a la ciencia. Sin embargo, en el diseño de la reforma constitucional se cometieron errores garrafales, le dieron el control a los gobernadores es decir más burocracia y no a los expertos, el resultado, regalías para abrir negocios de pollo frito o para un spa.
Colciencias se debería convertir en un verdadero think thank que ayude a las regiones, que desarrolle programa como Ondas. Una institución nueva, que sea técnica y científica, que sepa articular a las regiones e invierta en investigación. En un artículo de la revista Nature en 2010, mostraba como en Estados Unidos los debates y la inversión para investigación tuvieron su mayor repunte en la década del cincuenta y después en los noventa, es decir después de las guerras o de cambios estructurales la tarea fue fortalecer la investigación. En Colombia la consolidación de la paz requiere de proyectos para el desarrollo, los recursos están, posiblemente Colciencias como está hoy debería cerrarse o reinventarse, para responder a esas necesidades, la financiación de la educación superior pasa por tener formación e investigación, así que se deben apoyar a las universidades que invierten en investigación.
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