Debido a que el Plan Nacional de Desarrollo creó el esquema de cobros en zonas de congestión, la alternativa para implementarla en los trancones de la capital del país está a la espera de la reglamentación por parte de la Presidencia de la República.
Así lo dio a conocer el alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, con motivo del balance de los primeros 100 días de gobierno. Reiteró “la medida del Pico y Placa ya no sirve. Hay que reemplazarla de manera gradual. Para ello, hemos pensado en los cobros en zonas de congestión”.
El mandatario de los bogotanos destacó que aunque en principio el efecto de la nueva disposición es impopular, sus resultados de descongestión de las vías en un 40 por ciento le darán la razón.
“El cobro en zonas de congestión debe ir de la mano con un sistema multimodal de transporte que satisfaga la demanda de transporte para desestimular así el uso del carro particular. Es un grave error pensar que un solo modo de transporte va a mejorar los problemas de movilidad de la ciudad. Es necesario implementar en nuestras vías, además de los articulados de Transmilenio y los buses de transporte público, el metro ligero, el tranvía, el cable y la bicicleta”, indicó el alcalde.
En este sentido, hay que tener en cuenta que el alcalde electo de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, plasmó en el programa de gobierno “Bogotá Humana, Ya!” que eliminara gradualmente el “Pico y Placa” para reemplazarlo por un modelo de administración de zonas de congestión. “El Pico y Placa no mejoró la eficiencia del sistema público de transporte, por el contrario, propició la mayor demanda de vehículos particulares y la congestión, demostrando que es un mecanismo ineficaz para resolver los problemas de movilidad. Me propongo organizar y administrar zonas de congestión en el acceso a zonas específicas de la ciudad, con alternativas de parqueadero, transporte público y peajes urbanos”.
La última medida que se tomó frente al Pico Placa fue para vehículos limpios, tanto para el servicio público como para uso particular se dan incentivos para las empresas de Transporte público y los particulares que utilicen estos vehículos.
En este sentido, Manuel Felipe Olivera, representante de la Clinton Climate Initiative, demuestra los beneficios económicos, ambientales y en salud que se logran con la utilización de estos vehículos. “Se pueden generar un ahorro de hasta 100 mil dólares anuales en combustible, utilizando las tecnologías limpies para la movilización de los buses”.
El primer plan piloto de los vehículos limpios con el respaldo de Codensa y de las empresas que suministrarán los vehículos eléctricos que se mueven con batería y que pueden llegar a recorrer hasta 300 kilómetros.
Al inicio de la restricción en 2001 la ciudad contaba con más de 23 mil vehículos de transporte público colectivo. En estos diez años, por efecto de la chatarrización con destino a Transmilenio, el parque ha disminuido a menos de 16 mil unidades.