Millones de estadounidenses que carecen de cobertura sanitaria podrían contar con un seguro subvencionado, una revolución en el país iniciada por el presidente Barack Obama pero cuyo lanzamiento se ha visto obstaculizado por la tormenta política actual y por algunos problemas técnicos.
"Va a ser una locura", dijo a la AFP Alicia Wilson, directora de la Clínica del Pueblo, un centro de salud de Washington dedicado a la comunidad hispana. "Vamos a poder mostrar a la gente cómo funciona esto, pero seguramente muchos no podrán inscribirse durante el primer mes".
El Estado federal se apoya en organizaciones como la Clínica para guiar a las personas que no tienen seguro sanitario, ya que nada es automático y los procedimientos para gozar de atención son complejos.
El proyecto es titánico. El gobierno reconoció que los sistemas informáticos no estaban todavía completamente aceitados como para aceptar los formularios electrónicos. Y la reforma debe enfrentar un enorme desafío: hacer que los ciudadanos conozcan que gozan de nuevos derechos, algo que tal vez no muchos sepan a pesar de la publicidad realizada.
"Estoy realmente sorprendida por la cantidad de gente que no sabe nada de esto y por la poca claridad del mensaje transmitido", dice Wilson.
"El público está muy desinformado, se intentó diabolizar al programa cuando en realidad esta es la primera verdadera tentativa de reformar el sistema de salud y de lograr una cobertura casi universal", explicó a la AFP Vincent Keane, presidente de Unity Health Care, una red de 30 centros de salud de Washington.
En un país donde la cobertura sanitaria es por lo general brindada por privados, más de la mitad de los ciudadanos acceden al sistema de salud a través de sus empleadores.
Alrededor de 57 millones de personas carecen, en cambio, de todo tipo de cobertura para sus gastos médicos u hospitalarios, ya que no son lo suficientemente pobres como para aspirar a ayudas sociales ni lo suficientemente ricas como para pagarse un seguro individual.
Todas deben pagar la tarifa plena por cualquier tratamiento al que sean sometidas, incluso contra el cáncer o la diabetes.
De ellas, unos 7 millones podrían beneficiarse de la reforma para lograr una cobertura a partir del 1 de enero de 2014, según señaló la Oficina de Presupuesto del Congreso, y 25 millones antes de 2016.
Seguro de salud para todos
Las personas que hoy carecen de seguro médico tendrán desde comienzos del año próximo acceso a un amplio menú de opciones, cuyo precio oscilará según su capacidad de reembolso. El monto de la subvención variará igualmente en función de los ingresos de cada hogar, de manera que las familias no gasten en salud más que cierta proporción de sus entradas.
A partir del 1 de enero, las aseguradoras ya no podrán variar el monto del seguro según los antecedentes médicos de su cliente. Los únicos factores a tomar en cuenta para ese cálculo serán la edad, la región, el tamaño del hogar y el nivel de consumo de cigarrillos.
Una familia de cuatro personas que resida en Miami y que cuente con 50.000 dólares de ingresos anuales pagará unos 282 dólares por mes por un seguro médico de "mitad de tabla", lo que comprende 519 dólares de ayuda estatal, ejemplificó el gobierno. El ahorro para familias de ese tipo se contará en miles de dólares.
Los adversarios republicanos de Obama acusan al gobierno de pretender "socializar" la medicina, siguiendo el modelo europeo. Según ellos, los costos aumentarán, fundamentalmente para las empresas, que serán multadas en caso de que no propongan un plan de seguro médico a sus empleados.
Veintisiete estados gobernados por los republicanos se niegan a cooperar en la implementación de la reforma, y sus representantes realizaron ya unas 40 tentativas de derogar la ley en el Congreso, todas ellas infructuosas.
Obama no tiene intención alguna de ceder en lo que tiene que ver con la ley más emblemática de su primer mandato. "Mientras yo sea presidente eso no sucederá", reiteró el martes último.