Dos días después de caer derrotada en New Hampshire, Hillary Clinton buscó retomar la delantera frente a su rival Bernie Sanders durante el sexto debate de las primarias del partido Demócrata, denunciando como fantasiosas las propuestas del senador.
Los dos aspirantes se dirigieron directamente a la comunidad negra, un voto clave para los demócratas a medida que la campaña se muda a estados más diversos: Nevada, en el oeste de Estados Unidos celebra un caucus (asamblea electoral) el día 20 y el sureño Carolina del Sur tiene primarias el 27.
"No debemos hacer promesas que no podamos cumplir", afirmó Clinton durante el debate en la Universidad de Wisconsin de la ciudad de Milwaukee (norte), difundido por la cadena PBS.
Los dos aspirantes coincidieron sobre el tema racial, con Clinton denunciando el "racismo sistémico" que pervive en la policía y la justicia, y Sanders lamentando la alta proporción de negros en las cárceles (1 de cada 4) como "una de las grandes tragedias" del país.
En cambio chocaron sobre el sistema de salud público: Clinton criticó el costo exorbitante de la propuesta de Sanders.
"He luchado toda mi vida para asegurarme que la cobertura de salud sea un derecho para todas las personas", dijo Sanders, quien se define a sí mismo como un "demócrata socialista".
"Todos los economistas de izquierda que han analizado eso dicen que los números no cuadran", replicó Clinton. "Y esa es una promesa que no se puede cumplir", agregó.
Exsenadora y exsecretaria de Estado del primer gobierno de Barack Obama, Clinton intenta convencer a los electores que defiende los mismos objetivos "progresistas" -salud, educación, igualdad salarial- de Sanders, pero que es la única capaz de tomar las medidas pragmáticas para resolver los problemas desde la Casa Blanca.
Pero con un ajustado segundo lugar en Iowa (0,3 puntos por debajo de Clinton) y una abultada victoria por 22 puntos en New Hampshire el martes, ha sido Sanders, quien llama a una "revolución política", quien se ha convertido en el héroe de la juventud demócrata con su denuncia de una "economía amañada".
Hillary Clinton tomó este jueves el tema de la economía "amañada", pero agregó una dimensión mayor prometiendo "tumbar todas las barreras" que golpean a las minorías, especialmente los negros y los latinos, en asuntos de empleo, vivienda, educación, y sobre todo, justicia y policía.
"Nuestra campaña indica que el pueblo estadounidense está cansado de las políticas y la economía del 'establishment'. Quieren una revolución democrática", dijo Sanders.
- "Peleando por cada voto" -
Clinton elogió la presidencia de Barack Obama y se presentó como su natural heredera. En Nevada y Carolina del Sur espera beneficiarse de la coalición de votantes latinos y negros que apoyó a Obama en 2008.
Sanders, que requiere alejar el voto afrodescendiente del bando de Clinton, especialmente en Carolina del Sur, donde 55% de los votantes demócratas son negros, participó en la discusión sobre minorías al proponer reformar el sistema de justicia y acabar con la desproporcionada vigilancia policial de sectores con poblaciones negras.
Pero también intentó ampliar su base.
"Estamos peleando por cada voto que podamos tener, de mujeres, hombres, heterosexuales, gay, negros, latinos y asiáticos", señaló el senador de 74 años.
La batalla cuesta arriba del senador se expresó este jueves cuando el grupo de apoyo a la bancada de congresistas negros en la Cámara de Representantes ofreció su rotundo apoyo a Clinton, a quien describieron no solo como la aspirante con mayor experiencia sino alguien que ha abogado durante décadas por los derechos de las minorías.
Pero Clinton debe intentar arruinar el júbilo de Sanders sin alienar a los votantes jóvenes, incluyendo las mujeres, que se inscriben en la retórica anti Wall Street del senador, a riesgo de que su campaña implosione.
"No tengo problema con que alguien decida a quién apoyar", señaló sobre el voto femenino. "Sólo espero que para el fin de esta campaña haya muchas más que me apoyen a mí", añadió.
Sobre el asunto migratorio, Clinton defendió las medidas decretadas por Obama para regularizar a niños traídos ilegalmente por sus padres, pero denunció el "trato inhumano" de las familias que han sido deportadas en redadas recientes, en ocasiones en medio de la noche.
Sanders fue más allá promulgando una "vía a la ciudadanía" a los 11 millones de inmigrantes indocumentados, aunque Clinton le reprochó su votó en contra de una reforma similar en 2007.