Los civiles huían el martes de las zonas de combate en Alepo-Este ante el avance de las tropas del ejército sirio en los barrios rebeldes, una semana después del inicio de la ofensiva del régimen de Bashar Al Asad para reconquistar la ciudad.
Al menos 140 civiles han muerto tras siete días de intensos bombardeos de artillería y aéreos, incluídos lanzamientos de barriles explosivos, según un nuevo balance del Osbservatorio sirio de derechos humanos (OSDH).
Pero, pese a las condenas de la ONU y de Estados Unidos, la comunidad internacional se ve cada vez más impotente ante la determinación del régimen de Damasco para reconquistar la totalidad de la segunda ciudad siria, y principal frente de este conflicto que ya ha causado más de 300.000 muertos desde 2011.
En Alepo-Este, los combates enfrentaban el martes a las fuerzas del régimen y a los insurgentes en varios frentes de los barrios bajo control rebelde, en especial en Massaken Hanano, según el OSDH.
Milad Chahabi, miembro del consejo de este barrio, declaró el lunes por la noche que los "civiles empiezan a huir" hacia los barrios del sur de Alepo-Este. "Buscamos casas deshabitadas para alojarlos".
Según el director del OSDH, Rami Abdel Rahmane, las fuerzas gubernamentales, apoyadas por elementos del Hezbolá libanés, controlan una tercera parte de Massaken Hanano, un barrio que tiene valor estratégico y simbólico pues fue el primero que conquistaron los rebeldes en 2012.
- Indignación internacional -
La progresión de las fuerzas gubernamentales acrecienta la desesperación de la población de los barrios caídos en manos de los rebeldes en 2012. Se trata de 250.000 personas que no han sido abastecidas o socorridas desde hace más de cuatro meses, cuando se inició el sitio contra Alepo-Este.
Según el OSDH, 141 civiles, entre ellos 18 niños, murieron en Alepo-Este desde esta última campaña de bombardeos lanzada por las tropas del régimen el 15 de noviembre.
El Alepo-Oeste, en manos del gobierno, 16 civiles, entre ellos diez niños, murieron por bombardeos rebeldes, indicó el OSDH.
La ofensiva del régimen suscita la indignación internacional. El embajador británico ante la ONU, Matthew Rycroft, calificó de "barbarie" la campaña de bombardeos contra Alepo-Este, y su homólogo francés François Delattre, denunció una "estrategia de guerra total para retomar Alepo a cualquier precio".
El jefe de las operaciones humanitarias de la ONU Stephen O'Brien también denunció el asedio a Alepo y a otras ciudades en Siria.
El número de personas que vive bajo asedio en este país ha pasado en los últimos seis meses de 486.700 a 974.080, un "aumento masivo", denunció Stephen O'Brien, ante el Consejo de Seguridad.
En esas zonas, los habitantes "están aislados, hambrientos, bombardeados para obligarlos a someterse o huir". "Es una táctica deliberada (...), una forma cruel de castigo colectivo", sentenció.
- Táctica "monstruosa" -
Esta táctica es aplicada de "manera monstruosa" por el gobierno sirio que "en primer lugar debería defender y proteger a sus propios ciudadanos, incluso a aquellos que no están de acuerdo con sus dirigentes", aseguró.
Pero según el ministro sirio de Exteriores, Walid Muallem, habría entre 5.000 y 7.000 "hombres armados" que "toman como rehenes", a "los habitantes de estos barrios" de Alepo-Este.
El domingo, tras reunirse con el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, Muallem había rechazado la posibilidad de una "administración autónoma" de los rebeldes en Alepo.
Esta idea había sido propuesta por el enviado de la ONU a cambio de la salida de cientos de yihadistas del grupo Fateh al Sham (exrama siria de Al Qaida) presentes en estos sectores.
Damasco rechazó igualmente una propuesta de plan humanitario que permitiría la evacuación de enfermos y heridos de Alepo-Este.
Muallem había opinado el domingo que una tregua "recompensaría a los terroristas" y reiteró la necesidad de que su gobierno reconquiste Alepo-Este.