Aproximadamente ocho de cada diez ciudadanos chinos están a favor de una "reforma política", según un sondeo publicado este miércoles, víspera de la apertura del 18º congreso del Partido Comunista Chino (PCC), en el que nuevos dirigentes accederán a la cumbre del poder monopolizado por este partido único.
También siete de cada diez ciudadanos consideran que el gobierno debería estar sometido a una mayor vigilancia de la opinión pública y desean un aumento de los controles para luchar contra la corrupción, según un sondeo publicado por el diario Global Times.
La corrupción es para los chinos el primero de una lista de problemas que pone en peligro la estabilidad social, según las 1.200 personas mayores de 18 años encuestadas en siete metrópolis chinas.
"La mayoría de los chinos piensa que su país debería poner en marcha una reforma política", según el diario que no precisa en qué podría consistir este cambio.
El congreso, que comienza el jueves, marcará el fin de una década de crecimiento desenfrenado (una media del 10,7% por año) que permitió hacer avanzar a la economía china del sexto al segundo puesto mundial, conservando el PCC el monopolio de la vida política y reforzando las empresas estatales vinculadas.
El primer ministro Wen Jiabao, que dejará su puesto el próximo mes de marzo, y otros responsables chinos, entre ellos Wang Yang, responsable de la provincia de Guangdong (sur), abogaron por una "reforma política" que consiste esencialmente en reducir el número de funcionarios y en separar más claramente el papel del partido del de la administración.
Pero todos los responsables políticos chinos, así como los comentaristas de la prensa oficial, incluido el Global Times, repiten que no se plantea la posibilidad de poner en marcha un sistema de multipartidismo como el occidental.
Otro sondeo publicado el martes por el Diario de la Juventud China mostraba que las desigualdades sociales y los abusos de poder son para los chinos las cuestiones que más dificultades plantean para el desarrollo de su país en los próximos diez años.