Por considerar que la información recolectada sobre Venezuela y Ecuador era una bomba de tiempo y que las relaciones con esos vecinos atravesaban por un mal momento, el exfuncionario del DAS William Romero, la ocultó.
Así lo dio a conocer ayer Romero, quien se desempeñó como director de fuentes humanas del DAS, tras advertir –como también lo hizo Alba Luz Flórez Gélvez, conocida como la Mata Hari- que toda la información que se recolectaba a través de las chuzadas, iba con destino al presidente Álvaro Uribe.
Durante el juicio contra la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado y el exsecretario de Palacio, Bernardo Moreno, Romero, que coordinó el espionaje a la Corte Suprema de Justicia, señaló que durante tres años escondió material de inteligencia que recopiló el Departamento de Seguridad, sobre los gobiernos de Venezuela y Ecuador.
“No la divulgué por físico miedo, me acobardé por las consecuencias que tendría, hoy me pesa no haberlo contado todo”, afirmó el testigo.
En la misma audiencia, Alba Luz Flórez, la mujer que infiltró a la Corte Suprema de Justicia y conocida como la Mata Hari, reveló que recibió dos modernas grabadoras que logró ubicar en la sala plena del alto Tribunal y en el piso nueve del Palacio de Justicia, donde un grupo de magistrados auxiliares tomaba las decisiones de la parapolítica.
Flórez señaló que siempre le recordaron sus jefes que la misión correspondía a un asunto de seguridad nacional, que para el expresidente Álvaro Uribe era una prioridad. Conocer sobre la vida íntima y lo que pensaban los magistrados, con quienes tenía desavenencias.
La Mata Hari contó que su primer contacto en la Corte Suprema fue el jefe de seguridad de la presidencia del alto Tribunal, capitán Julián Laverde, que la contactó con varios funcionarios y personal del servicio doméstico que entregaron información sobre los procesos de la parapolítica y las posibles capturas de congresista cercanos al gobierno de la época como Nancy Patricia Gutiérrez.
Flórez Gélvez dijo que “ella fue seleccionada por William Romero porque por sus características de psicóloga, de agente con el curso de detective, tenía el perfil para participar en una investigación de seguridad nacional, que dependía directamente del presidente de la República”.
Para mi plan escalera, como lo autodenominé porque para el DAS le habían llamado “Bacrim narcotráfico” a la operación contra los magistrados para que ningún tercero se informara, me tocó hasta aislarme de mi familia, de mis contactos, cambié de apartamento y con una fachada de venta de alimentos nutricionales inicié mi labor de inteligencia en la Corte”, dijo Flórez.
Agregó: “me dieron un vehículo, herramientas para espionaje y dinero para las fuentes humanas que trabajarían para el plan escalera, y el primer contacto fue el capitán Juan Laverde, con quien había tenido una relación pasada”.