Un retrato muy emocional, que devela los temores, las dudas pero sobre todo la convicción de que su actuación en la Segunda Guerra Mundial lo llevaría a hacer historia –para bien o para mal- es lo que devela Churchill, la película de Jonathan Teplitzky que llegará a la cartelera nacional el próximo 17.
Churchill, siendo el Primer Ministro de Gran Bretaña, tuvo que tomar una decisión de suma importancia 48 horas antes de la batalla conocida como el Día D. Su decisión lo obligó a enfrentarse directamente con sus generales y con los aliados, convirtiéndose así en un punto clave para el desarrollo y desenlace de la Segunda Guerra Mundial.
Así, en 1944 las fuerzas aliadas -un millón de soldados reunidos en la costa sur inglesa- están preparadas para el desembarco de Normandía. 96 horas antes, Winston Churchill muestra sus dudas respecto a la estrategia de la operación. Con el apoyo de su mujer y su equipo, el Primer Ministro Británico se verá obligado a enfrentarse directamente con sus generales y aliados norteamericanos, especialmente con el General Eisenhower, para decidir cómo afrontar lo que se convirtió en el punto de inflexión de la guerra.
El estadista inglés tenía su “encrucijada en el alma”: Si la campaña del Día D falla, pasará a la historia como el arquitecto de una carnicería, pero si tiene éxito será el comienzo de una nueva era. Su rol en la Primera Guerra Mundial le había dejado enseñanzas, como que una decisión que se aprestaba a tomar podría ser la debacle. En ese instante mantener su liderazgo, pero sobre todo tomar una difícil decisión nunca fue tan relevante.
Este drama del director y escritor australiano Jonathan Teplitzky ha tenido un buen recibo de la crítica, aunque algunos le cuestionan que se quede en sólo una exposición argumental y muy narrativa. Sin embargo, lo que buscaba precisamente la crítica era mostrar al estadista británico “acosado” por sus fantasmas y traumas de la pasada guerra y cómo éstos influirían para tomar la decisión, clave para él, su vida, su país y, finalmente el mundo entero.
En lo que sí coinciden los expertos cinéfilos es en la magistral actuación de Brian Cox, ganador del Emmy Awards como mejor actor de reparto en 2001. Su magistral “encarnación” de Churcill, permite visualizar no sólo la fortaleza del líder mundial del siglo XX, sino también su intimidad, que se debate entre miedos, dudas y esperanzas.
El otro protagónico lo tiene Miranda Richardson, quien da vida a Clemmie, esposa y pieza clave en las trascendentales decisiones de Churchill; Jhon Slaterry en el rol del general Montgomery; Richard Duden como Han Smuts; Ella Purnel en el papel de Helen Garret y Danny Webb, el mariscal Alan Brooke.
Completan el reparto Jonathan Aris como Leigh, George Anton encarnando al Almirante Ramsay; Steven Cree, el capitán Stagg; Jame Ourefoy en el rol real de Jorge VI; Peter Ormond como Brigss; Angela Costello en el papel deKay Summersby; Kevin Findlay como Eisenhawer y Miro Teplitzky dando vida al ayudante Howard.
Teplitzky es un director y escritor australiano que ha dirigido tanto para cine como para televisión (Marcella; Will; Broadchurch; Spirited). Entre sus películas se encuentran Better Than Sex (2000, nominada a 14 premios AFI), Gettin' Square (2003; Mejor Película del Año según Empire Magazine y nominada a 8 premios AFI), Burning Man (2011, Premio Angwie a Mejor Guion Original) y The Railway Man (2013), muchas de las cuales han sido seleccionadas en varios festivales de cine internacionales.