Choque por bajos precios del crudo ya fue asimilado por la economía | El Nuevo Siglo
Domingo, 1 de Mayo de 2016

EL DURO impacto por culpa del desplome de los precios del petróleo ya fue digerido por la economía colombiana. No en vano, el país, frente a sus vecinos y otras economías emergentes, es el que mejor ha reaccionado a los choques externos y mantiene unas tendencias de crecimiento positivas y cercanas al 3 por ciento.

 

Incluso en las revisiones del Producto Interno Bruto, PIB, realizadas por el Fondo Monetario Internacional, la tendencia es a una cifra del 2,5 por ciento, que coinciden con las que acaba de revisar el Banco de la República.

 

Sin embargo, para el primer semestre del año, todo parece indicar que la economía va a estar a una cifra cercana al 2,8 por ciento.

 

Crecimiento

En el incremento de intereses que acaba de realizar el Emisor para dejarlas en 7%, es interesante mencionar que el pronóstico central de crecimiento tanto para el primer trimestre como para el año completo está en 2,5%. Lo que esto denota es que para el Emisor el ritmo de crecimiento de la economía a lo largo del año será estable. Así mismo, el amplio rango de estas proyecciones pone de manifiesto que para la autoridad monetaria la incertidumbre sobre el rumbo de la economía sigue siendo significativa.

Para ello incluyeron dos elementos nuevos sobre el sector externo. El primero es la mención explícita de que el crecimiento de los socios comerciales de Colombia en 2016 será débil e inferior a lo observado el año anterior. Esto es relevante, en la medida en que implica que la demanda externa por productos colombianos seguirá en declive, a pesar de que en los últimos años se haya observado una marcada depreciación real.

 

El déficit

El segundo elemento es que se mencionó que el pronóstico de déficit en cuenta corriente del Emisor para este año es de US$15.948 millones, equivalente a 5,9%. A pesar de que representa un ajuste frente al dato de 2015, se trata de un déficit mayor a nuestra estimación (US$14.839 millones o 5,5% del PIB), y que sigue siendo muy superior a lo que podría considerarse como un nivel de desequilibrio externo “sostenible” para nuestra economía.

 

De acuerdo con los analistas del Bancolombia, los indicadores adelantados sugieren que en el arranque de 2016 la economía mantuvo un ritmo de expansión similar al del final de 2015. En efecto, las cifras de comercio, industria y crédito señalan que el ritmo de expansión podría  haberse mantenido en torno al 3,1% en el primer trimestre. Esto demuestra que, pese a que la confianza de los hogares está afectada y que las condiciones en los mercados financieros han sido muy volátiles, la actividad productiva en el país sigue dinámica.

 

Desafíos

Indican que a estas tendencias, que se mantienen con algunas revisiones, se suman el decrecimiento más pronunciado de América Latina, la revisión en la perspectiva de calificación soberana por parte de Standard & Poor’s, los continuos episodios de estrés financiero en China y una política monetaria más acomodaticia en las economías de gran tamaño.

 

Esta mezcla de desafíos, junto con las acciones de política monetaria y fiscal, llevaría a la economía a un estadio de menor crecimiento a medida que transcurra el año. Esto supone que el país va a seguir ajustándose de manera ordenada a un entorno externo sin vientos de cola, así como a los efectos de segunda ronda por cuenta del descenso de los precios del petróleo.

 

Demanda interna

Otra característica durante este año, es que ya se espera un freno de la demanda interna. Así los sostiene el Bancolombia, al señalar que “a pesar de que en esta actualización de proyecciones revisamos el crecimiento de la demanda interna desde 2,7% hasta 2,9% para este año, esta cifra representa una menor expansión frente a 2015 (3,6%). Seguimos esperando que, dentro de los tres componentes de la demanda interna, la mayor desaceleración esté en el consumo público, por efecto del ajuste en el presupuesto nacional generado por la caída en la renta petrolera”.

 

Por su parte, a pesar de que el crecimiento del consumo privado sería menor que el del año anterior, se revisó al alza desde 2,6% hasta 2,9%. Esto, en la medida en que el ingreso disponible para la adquisición de bienes no durables y servicios se puede impactar favorablemente a raíz de la moderación en la compra de bienes durables.

Inversión

Con respecto a la inversión, que hace apenas dos años se expandía a tasas de dos dígitos, pasaría de crecer 2,6% en 2015 a 2,9% en 2016. “Revisamos a la baja este pronóstico, en la medida en que la ejecución de proyectos 4G y el repunte de la industria se compensarían con un menor crecimiento de la inversión en vivienda, mayores costos de financiamiento y una alta carga tributaria para las empresas. Mantenemos la expectativa de que el sector externo contribuirá positivamente al crecimiento”.

 

Aseguran que “esto se debe por cuenta de un crecimiento esperado de 1,7% en las exportaciones y de -3,1% en las importaciones. Vale la pena mencionar que para las ventas al exterior revisamos la expectativa al alza desde 1,5% y en las importaciones a la baja desde -2,0%. Sin duda las exportaciones tradicionales seguirán en terreno negativo este año, y a que las importaciones seguirán cayendo por la depreciación del tipo de cambio y la menor solidez de la demanda interna”.

 

Industria

A nivel sectorial, la Industria jalonará el crecimiento en 2016. En 2015 la industria creció 1,3%, gracias al impulso que al cierre del año empezó a generar la reapertura de la Refinería de Cartagena. Además, la depreciación del tipo de cambio ha contribuido a que la producción nacional gane atractivo en precio frente a las materias primas y los bienes intermedios extranjeros, lo cual se ha traducido en una recuperación de varios segmentos industriales.

 

Por lo anterior, en 2016 se ha revisado la perspectiva de crecimiento del sector manufacturero desde 4,2% hasta 6,9% y se espera que la construcción sea un sector con buen dinamismo en 2016. No obstante, se estima que el crecimiento de las edificaciones (2,46%) sería menor que el de las obras civiles (4,7%).

 

Vivienda

El menor desempeño del subsector edificador sería el resultado de la disminución en la disposición a comprar vivienda, el aumento en la inflación, el deterioro del mercado laboral y los mayores costos de financiación. Entre tanto, las obras civiles estarían impulsadas por los proyectos de infraestructura correspondientes a la primera ola de 4G. Varios sectores exhibirían un bajo dinamismo. Es importante reconocer que la evolución del clima podría restar dinamismo a otros sectores.