Los chipriotas griegos y turcos retomaron en Suiza con una actitud "extraordinariamente positiva" las negociaciones sobre la reunificación de esta isla del Mediterráneo, dividida desde hace 40 años en uno de los conflictos más antiguos del planeta.
"La atmósfera es positiva, hay una actitud extraordinariamente positiva", dijo a la prensa Jeffrey Feltman, el subsecretario de la ONU para asuntos políticos.
Las negociaciones tienen lugar en la estación de esquí de Crans-Montana, a 1.500 metros de altitud.
El emisario especial de la ONU, el noruego Espen Barth Eide, tiene la compleja tarea de intentar reconciliar a las dos comunidades para crear un estado federal y poner fin a la división del territorio, vigilado desde hace décadas por cascos azules de la ONU a lado y lado de la llamada "línea verde".
La última ronda de negociaciones, celebrada en enero en la montaña suiza de Mont-Pèlerin, fue un fracaso a pesar de pequeños avances.
"No será fácil y no hay ninguna garantía de éxito", dijo el mediador a la prensa antes de que empiecen las negociaciones, previstas para durar cinco meses,
Según Espen Barth Eide, se trata pese a todo de una "ocasión única porque después de décadas de división es posible encontrar una solución".
El presidente chipriota Nicos Anastasiades y el dirigente chipriota turco Mustafa Akinci celebrarán una primera reunión en presencia de representantes de los ministros de Exteriores de los llamados "garantes" de Chipre, Turquía, Grecia y Gran Bretaña, la antigua potencia colonial.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, también está en Suiza. Chipre es miembro de la UE desde 2004.
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU Antonio Guterres pidió a los participantes que "aprovechen esta oportunidad, en primer lugar para Chipre, pero también para el conjunto de la región del Mediterráneo Oriental".
La isla está dividida desde 1974, cuando el ejército turco invadió la parte norte en reacción a un golpe de estado de los chipriotas griegos, que querían anexarla a Grecia, algo que preocupaba mucho la minoría chipriota turca.
Desde entonces, los cascos azules de la ONU, incluyendo contingentes de varios países latinoamericanos, en particular de Argentina y Brasil, controlan la llamada "línea verde", una zona desmilitarizada que separa ambas comunidades.
Los chipriotas turcos viven en la llamada República Turca de Chipre del Norte (RTCN), reconocida únicamente por Turquía, que tiene estacionados allí unos 35.000 soldados.
Según el mediador, en la ronda de enero se lograron "progresos importantes" en cuestiones como el futuro reparto del poder, la restitución de las propiedades confiscadas, las relaciones con la Unión Europea o el reparto territorial entre las dos comunidades.
Sin embargo el mediador reconoce que, en la cuestión de la seguridad del futuro estado "los puntos de vista son diametralmente opuestos".
Actualmente los tres garantes de la seguridad de isla siguen teniendo el derecho de intervenir militarmente. Pero el gobierno de Nicosia, apoyado por Grecia, pide la retirada de todos los soldados turcos, algo que rechazan los chipriotas turcos.
Según una fuente diplomática, Turquía estaría dispuesta a reducir un 80% su presencia militar.
Un pequeño grupo de manifestaciones arbolaron el miércoles con banderolas cuando llegaron las delegaciones para pedirles que lleguen a un acuerdo duradero.
"Creemos que en Chipre las dos comunidades quieren realmente una solución. No es fácil pero creemos que hay que hacer las concesiones necesarias", dijo a la AFP Kemal Baykalli, representante del grupo Unite Cyprus Now (Unid Chipre Ahora).
Aunque son minoritarios, los chipriotas turcas controlan un 37% del territorio de la isla, una superficie que la parte griega quiere reducir en un futuro estado federal.
Reino Unido, la expotencia colonial, siguen teniendo bases militares en el su del país y ha ofrecido a restituir parte de este territorio en caso de acuerdo.