Los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff y China, Xi Jinping, confirmaron el interés de ambas naciones en una fuerte relación económica, con la firma de más de 30 acuerdos, algunos clave para fomentar la inversión en infraestructuras y otras áreas como energía en el país sudamericano.
"El balance no podría ser más positivo, y el futuro más prometedor", declaró la presidenta, Dilma Rousseff, al término de una reunión de ambos en Brasilia, cuando describió la relación bilateral de las dos grandes economías emergentes como "una asociación verdaderamente estratégica que se desarrolla con velocidad inédita".
"Hemos firmado importantes acuerdos para la construcción y el financiamiento de infraestructuras", una área en la que Brasil está abriendo millonarias licitaciones, destacó Rousseff.
Entre los acuerdos, está la venta de 60 aviones de la fabricante brasileña Embraer a las chinas Tianjin Airlines y el Banco Comercial e Industrial, por 3.200 millones de dólares.
En infraestructuras, suscribieron un memorando de "cooperación ferroviaria" para facilitar la participación de empresas chinas en una gran ferrovía de acceso al Pacífico, y otros para la futura construcción de una hidroeléctrica en el rio Tapajós y líneas de transmisión de la gigante hidroeléctrica Belo Monte.
Otros acuerdos garantizan una cooperación entre sus grandes instituciones financieras para impulsar proyectos de infraestructura, energía y otros en Brasil y África.
- Una alianza sólida para China-
"No sólo estamos celebrando 40 años de amistad (cuatro décadas de relaciones diplomáticas entre Brasil y China), sino también los próximos 40, 80 y 100 años de una alianza sólida que es nuestra responsabilidad seguir construyendo", dijo el mandatario chino en una declaración pública junto a Rousseff.
"Seguiremos estimulando el crecimiento continuado y estable del comercio bilateral y la cooperación en el financiamiento en las áreas de petróleo, energía eléctrica, mineral de hierro, agricultura entre otros", dijo el presidente Chino.
Ambos presidentes abogaron también por un estrechamiento de la cooperación política de ambas potencias económicas en los foros internacionales, en el BRICS de las potencias emergentes, en la ONU y en el G20 de naciones industrializadas y emergentes.
- Inversiones y comercio crecientes -
China es desde 2009 el principal socio comercial de Brasil, desplazando a Estados Unidos, con un comercio bilateral que alcanzó más de 80.000 millones de dólares en 2013, con un saldo favorable a Brasil de 8.700 millones.
Brasil es el cuarto destino de las inversiones chinas, que acumulan 78.000 millones de dólares entre 2007-2013, según la Cámara Brasil-China.
Además de infraestructuras, alimentos y commodities, China ha entrado con fuerza en el mercado energético brasileño y el año pasado empresas del gigante asiático integraron el consorcio ganador de la mayor licitación petrolera jamás realizada en Brasil.
En la reunión, Rousseff destacó el interés brasileño en ampliar inversiones y diversificar su comercio con China, muy concentrado en mineral de hierro y soja.
Al respecto, la mandataria informó que China levantó el embargo a la carne bovina impuesto a final de 2012 cuando se denunció un caso aislado de vaca loca.
De su lado, Brasil anunció su apoyo a la candidatura china como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
Ambos países, que pretenden lanzar su quinto satélite conjunto de observación de la tierra este año, firmaron también un acuerdo de Defensa que permitirá el uso de tecnología de teledetección para vigilar la "deforestación amazónica y actividades ilícitas en la Amazonía y frontera brasileñas".
Rousseff y Xi participaron el martes de la cumbre anual de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que aprobó la creación de un banco de desarrollo del grupo de potencias emergentes para financiar infraestructura y un acuerdo que pone a disposición 100.000 millones de sus reservas internacionales para asistirse ante eventuales crisis.
El jueves ambos participan con los presidentes latinoamericanos del lanzamiento del Foro China-Latinoamérica, que confirma el interés de Pekín en la región donde compite con Estados Unidos por el liderazgo comercial.