La indignación nacional por la reforma a la justicia que murió antes de nacer, por las escandalosas irregularidades que se dieron en su trámite, volvió a materializarse ayer con una chiflatina generalizada al presidente Juan Manuel Santos en Corferias a donde iba a presentar un informe en el Campus Party y que fue de tal magnitud que llevó al Jefe del Estado a abandonar el recinto sin poder intervenir.
Horas antes en el Congreso, durante la plenaria donde se dio el entierro de tercera la reforma judicial, los parlamentarios no dejaron intervenir al ministro del Interior, Federico Renjifo, por considerar que en estos momentos no hay buena interlocución alguna con el Gobierno representado en su dignidad, evidenciando el enfrentamiento de éstos con la administración Santos por haberlos responsabilizado de la inclusión de “micos” en la reforma a la justicia.