Expertos estiman que se trata de “simple propaganda” la movilización de 200.000 efectivos y 700.000 milicianos.
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Las Fuerzas Armadas venezolanas ensayó maniobras de combate en el cierre de los ejercicios ordenados por el presidente Nicolás Maduro en respuesta a la advertencia de su homólogo estadounidense, Donald Trump, sobre una acción militar en el país petrolero.
“¡Fuego!”, gritaban soldados armados que marchaban en un valle del agrícola y ganadero estado Cojedes (centro), epicentro de las maniobras, iniciadas con una explosión y un toque de alarma. Las tropas fueron acompañadas por blindados y helicópteros.
“¡Somos atacados por fuerzas enemigas!”, decía un locutor a través de altavoces dispuestos para el acto, transmitido en directo por la televisora gubernamental VTV. Al fondo sonaba música marcial.
Las maniobras en Cojedes, bautizadas como “Huracán Bolivariano” y en las cuales fueron probadas armas y explosivos comprados a Rusia, se realizaron en presencia del ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, y la cúpula militar.
Integrantes de la Milicia (grupo civil) simularon tareas de apoyo a escuadrones de paracaidistas.
El viernes, un decreto de la administración de Trump prohibió negociar deuda emitida por el gobierno venezolano y por su estatal petrolera Pdvsa, lo que Maduro calificó de “brutal agresión” que abonaría el terreno para una posible intervención estadounidense.
El alto mando de la Fuerza Armada, a la que Maduro confirió gran poder económico y político, ha declarado “lealtad incondicional” al mandatario socialista, confrontado a un fuerte rechazo popular.
Los ejercicios iniciados el sábado se produjeron como respuesta al anuncio de Trump, el 11 de agosto, de que consideraba posible una eventual “opción miliar” frente a la grave crisis política y económica venezolana.
Sin embargo, funcionarios del entorno de Trump han desalentado esa posibilidad, advirtiendo empero que Estados Unidos no se quedará de brazos cruzados mientras Venezuela se desliza hacia una “dictadura”.
El sábado, en la primera jornada de maniobras militares, decenas de civiles recibieron breves lecciones de tiro con fusiles, combate cuerpo a cuerpo y hasta de uso de baterías de cañones antiaéreos en el paseo Los Próceres, en Caracas, frente al mayor complejo militar de Venezuela.
La especialista en materia militar Rocío San Miguel considera como “simple propaganda” las actividades, que movilizaron a unos 200.000 militares y unos 700.000 reservistas, milicianos y civiles.
Según la experta, Maduro busca “elevar los costos de cualquier deslealtad” en la Fuerza Armada y, en lo externo, “reafirmar un discurso antiimperialista” y “hacer creer que Rusia, su principal vendedor de armas, constituye un aliado en materia de defensa”.
El gobernante socialista ya había ordenado ejercicios similares en el pasado, como en 2015, cuando la administración de Barack Obama declaró a Venezuela como “una amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad de los estadounidenses.
La presión internacional contra Maduro aumentó tras la instalación de una Asamblea Constituyente que él convocó y que rige el país como un suprapoder.
La Constituyente es desconocida por Estados Unidos y una docena de gobiernos latinoamericanos.
Maduro pidió enjuiciar “por traición a la patria” al presidente del Parlamento de mayoría opositora, Julio Borges, y otros líderes opositores, al acusarlos de promover las sanciones estadounidenses.
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