En una histórica jornada, por la altísima participación (más del 80%) y la posibilidad real que tenía su retador Henrique Capriles, el presidente fue reelecto con el 54.42%
“Gracias a mi amado pueblo…Viva Venezuela…Viva Bolívar”. Estas fueron las eufóricas primeras palabras que el presidente Hugo Chávez pronunció al conocer el boletín oficial del Consejo Nacional Electoral, CNE, que lo anunciaba como ganador y con amplia ventaja sobre su rival, el opositor Henrique Capriles Randonski.
De esta forma, Hugo Chávez materializa no sólo su reelección, que le da vía a seis años más en el poder para profundizar la “revolución socialista” , proyecto político que gestó 14 años atrás, sino que cumple con lo anunciado meses atrás de que permanecerá por 20 años en el Palacio de Miraflores.
Chávez fue reelegido por tercera vez presidente de Venezuela, con amplísima ventaja y tras una participación masiva de los venezolanos –más del 80 por ciento del registro electoral- en unas elecciones que dejaron al país más dividido que nunca.
Chávez obtuvo 54,42% de los votos, es decir, 7,4 millones, mientras Capriles reunió el 44,97%, con 6,1 millones, anunció la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, con el 90% de las papeletas escrutadas y una participación de 80,94% del electorado.
De 58 años y desde 1999 en el poder, fue reelegido para gobernar seis años más en este país con las mayores reservas de crudo mundiales, que le han permitido financiar multimillonarios programas sociales para las clases populares, su sustento político.
El mandatario ha prometido hacer "irreversible" su revolución socialista, un término que acuñó tras ganar las elecciones en 2006, cuando barrió al candidato opositor, Manuel Rosales, por más de 25 puntos, con el 62% de los votos.
Además, prevé potenciar el Estado comunal, reforzando el poder popular a costa, según denuncian sus detractores, de despojar de competencias a las regiones.
"Chávez intentará consolidar su revolución, va a intentar vender su triunfo como el triunfo indiscutible de que su revolución se puede profundizar en el tiempo", dijo el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León.
Pero, a la vez, el presidente "enfrenta ahora un 45% de oposición que votó por una alternativa que no puede ser desconocida ni minimizada. Esto plantea una nueva relación oposición-gobierno", añadió.
Hasta poco antes del inicio de la campaña electoral, en julio, el mandatario estuvo durante largos periodos ausente de la escena pública haciendo planear dudas sobre su estado de salud, después de que le fuera detectado en 2011 un cáncer.
Sin embargo, Chávez se declaró curado, arrancó con intermitencias su campaña y la cerró con un maratón de mítines en los que los venezolanos lo vieron de nuevo recorrer las calles y arengar a sus seguidores con su verbo impetuoso y provocador.
El presidente, hábil estratega y gran comunicador, admitió también haber cometido errores y prometió dedicar más esfuerzos a los problemas diarios de los venezolanos, como la inseguridad y el desempleo.
Chávez ha tejido una conexión emocional con las clases populares, que le agradecen las "misiones" sociales, pero también ha polarizado el país al demonizar a los sectores pudientes y acosar al sector privado con expropiaciones y férreas regulaciones.
"Estoy muy contento, era un victoria esperada y esto ya no tiene marcha atrás. Nosotros no sabíamos que (la petrolera) Pdvsa era del pueblo hasta que llegó Chávez, porque antes se lo repartían el petróleo entre unos cuantos", dijo a la AFP José Ramiro, un técnico en administración pública de 32 años, cerca de Miraflores.
"Chávez ha hecho muchas cosas por los pobres, a mí me ha dado una casa en el mejor barrio de Caracas", añadió.
"Estoy decepcionada, mas no derrotada", dijo por su parte Rosana González, de 25 años, desde el comando de campaña opositor.
"Son más de 14 años en el poder y la gente no reacciona", añadió esta joven, que esperó los resultados allí, junto a otras 200 personas que comenzaron a mostrar sus caras largas antes de que se dieran a conocer los resultados.
La oposición, por su parte, ha acusado a Chávez de haber utilizado los recursos públicos para hacer campaña y de haber puesto a su servicio los medios de comunicación estatales, sobre los que ejerce un control absoluto.
Las elecciones en Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, generaron gran expectativa internacional, sobre todo en América Latina y el Caribe, donde Chávez ha construido un fuerte liderazgo vendiendo petróleo a condiciones preferenciales a países menores y ofreciendo jugosas oportunidades de negocios a sus aliados.
El interés en Estados Unidos también fue grande, dado que el presidente ha liderado en la región la oposición a ese país, que de todas maneras le compra casi un millón de barriles de crudo por día.
“Mi próximo período empieza hoy”
Desde el que llama “balcón del pueblo”, en el Palacio de Miraflores, el reelecto presidente Hugo Chávez destacó su contundente victoria, dijo que se impuso en 20 de los 24 estados del país, que está peleando otros dos (Miranda y Lara) y llamó a la oposición al diálogo, al debate y al trabajo por la unidad y la convivencia nacional.
En una prolongada intervención, ante miles de seguidores que atiborraron las afueras de Miraflores, Chávez destacó “la perfecta batalla democrática” que ganó su “revolución bolivariana”, se comprometió a trabajar para “ser un mejor presidente del que he sido” y dijo que su próximo período no empezará el 10 de enero de 2013 sino “hoy mismo”.
Resaltó la histórica jornada electoral y dijo que lo ocurrido hoy en Venezuela es un ejemplo porque se demostró el talante democrático. Exaltó que la oposición no se hubiera prestado para los intentos desestabilizadores que muchos pretendían”.
Hizo un reconocimiento a la oposición en lo que llamó un “día memorable”. “Mi reconocimiento a todos los que votaron en contra de nosotros por la demostración cívica que han dado a pesar de no estar de acuerdo con el proyecto bolivariano”, dijo el emocionado presidente venezolano a tiempo que agregó que “les tiendo mis manos y mi corazón y los invito al diálogo, al debate y a trabajar por la unidad nacional en aras de la paz y la reconciliación”.
Chávez insistió en que la de ayer fue “una batalla perfecta, una batalla democrática que gracias a la conciencia de nuestro pueblo no hubo nada que manchara este triunfo perfecto….Hoy hemos demostrado que nuestra democracia es una de las mejores del mundo”.
También agradeció a los más de 8 millones de venezolanos “que votaron por el socialismo, la independencia y la grandeza de Venezuela”. “Ha sido además una victoria en toda la línea porque ganamos por más de diez puntos de diferencia”, señaló despertando la euforia de sus simpatizantes.
Finalmente le pidió a Dios que le diera vida y salud para seguir cada día sirviendo mejor al pueblo venezolano y ratificó su compromiso “para ser cada día mejor, más eficiente y fortalecer la República Bolivariana” porque aseguró que “la Venezuela que hoy tenemos es la mejor de los últimos 200 años y seguiremos trabajando por construir la Venezuela potencia, la de todos, incluyendo a los sectores de la oposición””
En una última referencia a ese medio país que no apoya su proyecto socialista, el presidente Chávez los invitó a que “salgan de ese estado mental y anímico que los ha llevado a desconocer todo lo bueno que tenemos y a expresar una visión catastrófica de Venezuela”, y ratificó que “el país no está en una catástrofe”.
En medio de reiteradas “vivas” y gritos de “Chávez amigo, el pueblo está contigo”, el presidente de los venezolanos exhibió la espada de Bolívar y recordó una de sus insignes frases de campaña: “Alerta que camina la espalda de Bolívar por América Latina”.
“El invencible”
Con la contundente reelección lograda por Hugo Chávez en el de ayer, su mayor reto electoral en más de una década, éste no sólo hará perdurar su proyecto sino que recuperó la imagen de invencibilidad que se debilitó por el cáncer que padecía.
Chávez, líder indiscutible desde que asumió el poder en 1999, demostró una vez más que el chavismo no está desgastado y que como en anteriores elecciones, el políticamente polarizado.
Este teniente coronel retirado de 58 años, que siempre ha crecido ante la adversidad, hizo una campaña limitada en cuanto a mítines, incluso con ausencias intermitentes al principio, pero logró mantenerse a la cabeza de la gran mayoría de encuestas.
Chávez ha luchado por dejar atrás la incertidumbre suscitada por un cáncer del que nunca reveló su ubicación ni gravedad. Aseguró haberse curado el pasado julio, un año después de que le fuera diagnosticada la enfermedad, pero también alertó de que ya no sería el presidente hiperactivo y omnipresente de antaño.
Dejó de hacer los 'Aló Presidente' -los larguísimos espacios televisivos dominicales- y redujo su ritmo de actividades y compromisos internacionales.
A la vez, acentuó su fe en Dios, a quien ha elevado plegarias públicas por su salud: "No me lleves todavía", rogó en abril de este año.
Pero esta aparente fragilidad no ha opacado al líder impetuoso, osado y provocador que tan bien conocen los venezolanos desde que en 1992 lideró un fallido golpe de Estado contra un desgastado sistema bipartidista.
La intentona le llevó a la cárcel pero le dio a conocer y en 1998 ganó por primera vez las elecciones.
Desde entonces fue reelegido en 2000, después de que fuera aprobada la nueva Constitución por él impulsada, y en 2006, cuando arrolló a su rival Manuel Rosales con el 62% de los votos, tras haber superado un golpe de Estado en su contra (2002) y un extenso paro petrolero (2003).
Seis años después, perdura su conexión con las clases populares, su base electoral, y las muchedumbres respondieron con entusiasmo en sus mítines, en los que derrochó energía, desgañitándose por momentos como una estrella de rock.
Chávez había pedido el triunfo para hacer "irreversible" su régimen socialista y pisar el acelerador del Estado comunal, algo que sus detractores ven como una nueva maniobra para concentrar un mayor poder en sus manos.
Ya es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, a las que ha declarado "chavistas", presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), mayoritario en la Asamblea Nacional, y ejerce un control absoluto sobre los medios de comunicación del Estado.
Se arrogó poderes para gobernar por decreto durante 18 meses hasta junio pasado, lo que le permitió entre otras cosas aumentar sin límites la deuda pública.
Jamás y pese a la enfermedad, Chávez ha dejado entrever un posible sucesor.
Ajeno a quienes le llaman déspota, tirano o populista, se considera protagonista de una segunda independencia de Venezuela, cuya riqueza petrolera le permite financiar millonarios programas sociales dirigidos a las clases populares, que el domingo volvieron a darle su apoyo.
También le ha permitido forjarse un liderazgo en América Latina y el Caribe, vendiendo petróleo en condiciones preferenciales a países sin recursos energéticos y brindando pingües negocios a sus aliados.
Con su estilo irreverente, no tuvo reparos en "mandar al carajo" el ALCA, un acuerdo regional de libre comercio con Estados Unidos (2005), o en declarar al año siguiente sentir en el podio de la Asamblea General de la ONU un olor a "azufre" tras el paso la víspera del entonces presidente George W. Bush.
Sin embargo, Chávez ha sido lo suficientemente pragmático para seguir enviando a Estados Unidos un millón de barriles diarios de petróleo./EL NUEVO SIGLO – AFP