Para garantizar los derechos fundamentales, tanto de los novilleros que llevan diecinueve días en huelga de hambre y que desde el sábado cuentan con la compañía del máximo exponente del toreo en Colombia, César Rincón, como de los grupos defensores de los derechos de los animales, fueron desplazados a la plaza La Santamaría 30 gestores de convivencia que se encargan de velar por el respeto a la diferencia de opinión.
Desde que se inició la huelga de hambre, en protesta por el cierre de la plaza que lleva más de dos años, se han presentado fuertes intercambios de opiniones entre los novilleros y los grupos que defienden a los animales en medio de carpas, cadenas, colchonetas, sueros y medicinas.
Con la llegada del matador César Rincón, los ánimos se calentaron porque los medios de comunicación fueron a tomar las impresiones de la plaza y por supuesto los grupos defensores de los animales también querían exponer sus argumentos.
Al tiempo que los novilleros exigen que se cumpla la Ley 916 del 2004 que contempla que los espectáculos taurinos son considerados como una expresión artística del ser humano, la administración sustenta que no se pueden masacrar a seres vivos de esa manera y que la plaza requiere de un reforzamiento estructural.
Y es que la llegada del torero más importante del país a la plaza de toros de La Santamaría le dio fuerza a la protesta que desde hace veinte días realizan novilleros y personas que trabajan en las corridas de toros.
“Yo nací en esta plaza de toros y cuando uno ejerce como ciudadano también tiene la libertad. Nosotros somos una minoría pero necesitamos la libertad para poder ejercer nuestra profesión y el derecho de muchos ciudadanos a venir a ver un espectáculo”, manifestó Rincón.
De otro lado, ambientalistas y animalistas, con música y arengas, al lado de las carpas de los taurinos rechazaron las corridas de toros “mientras llega allá la persona que reivindica su derecho a torturar animales, nosotros venimos a reivindicar los derechos de esos animales”, dijo una vocera animalista.
Los toreros aseguran que este tipo de espectáculos con animales son permitidos en la Constitución Política del país. “Estamos luchando porque las corridas son avaladas como un espectáculo artístico y eso se le olvidó al alcalde”, dijo uno de los manifestantes a la emisora.
Por este hecho, le piden a Petro crear una mesa de diálogo donde puedan discutir su situación, alegando su derecho al trabajo, afirmó Caracol Radio.
La decisión la tomaron luego de que el Distrito anunciara cambios en La Santamaría que eliminarían por completo la posibilidad de realizar alguna actividad taurina y la convertiría en un centro cultural.
Por otra parte el Distrito, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) se basó en los resultados de una encuesta que señala que el 72 por ciento de los ciudadanos prefiere que La Santamaría sea utilizada para actividades culturales y el 54 por ciento está de acuerdo con la suspensión de las corridas de toros.
Sin embargo, la secretaria de Cultura de Bogotá, Clarisa Ruiz, ha manifestado que las obras en la Plaza de Toros serán para reforzar la estructura y la arena no se moverá. “Los queremos invitar a parar su manifestación, porque lo que nosotros estamos haciendo fue ampliamente divulgado y trabajado desde el año pasado”.
La funcionaria indicó que la Plaza está cerrada porque presentaba daños y era inestable. Al parecer esta información la conoció el Instituto de Recreación y Deportes desde hace varios años y desde entonces se encargó del tema. Luego intervino el IDPC y confirmó que la plaza debía ser intervenida, después de 80 años sin ningún tipo de remodelación.
Los toreros también hacen la huelga de hambre porque cerraron un museo que había en la plaza y aún no les han notificado sobre el paradero de los objetos que ahí se exhibían.