Centros de consumo controlado de drogas dividen opiniones | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Agosto de 2012

Mientras que la propuesta del alcalde de Bogotá Gustavo Petro, de establecer unos centros para la atención de drogadictos en los que habría consumo controlado, fue rechazada de plano por el procurador Alejandro Ordóñez, quien la calificó de inconstitucional y de pretender con un crimen “reducir el delito, los homicidios y robos”, para el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS/Cáritas Colombiana) el sacerdote Héctor Fabio Henao, “es un debate que comienza, un debate importante”.

En el marco del lanzamiento de la Semana por la Paz 2012, la jerarquía católica insistió en la importancia de la prevención del consumo de drogas como herramienta fundamental para enfrentar esta problemática.

El padre Henao reiteró que como Iglesia “creemos que en la prevención se debe hacer el trabajo más fuerte…se debe hacer un trabajo comunitario para evitar que niños y jóvenes caigan en el mundo de las drogas. Esa es la tarea prioritaria e irrenunciable”.

“Luego está la tarea de atender integralmente a quienes ya están metidos en esa cadena compleja del consumo de drogas. Ahí hay múltiples temas como el del microtráfico y la producción de las sustancias ilícitas”, dijo.

“Esto no se resuelve con una fórmula única, hay que mirar las distintas vertientes de la problemática. La sociedad colombiana debe mirar hoy la prevención, sobre todo en las edades tempranas”, explicó.

“El desafío es cómo organizar una sociedad en la que nuestros jóvenes y niños no necesiten las drogas…y cómo responder de manera adecuada a quienes están ya en ese mundo, brindándoles alternativas”, agregó.

En tanto que el Procurador, después de señalar de forma coloquial que el Alcalde “se la fumó verde” con esta propuesta, envió una misiva al Mandatario en la cual señala que la iniciativa “carece de todo fundamento constitucional o legal, toda vez que supondrían instrumentalizar a los adictos/enfermos con propósitos distintos a procurar su salud, desnaturalizando los tratamientos de desintoxicación hasta el punto de permitir el consumo de la misma droga que los ha llevado al estado de adicción”.