“¡Se terminó, se terminó”!. Esos fueron los gritos de júbilo que retumbaron en las calles de la capital de República Centroafricana, Bangui, tras conocerse que el presidente Michel Djotodia, acusado de falta de firmeza ante la violencia interreligiosa en su país, dimitió  ante  la presión de los dirigentes de África central que lo habían convocado para una cumbre.

También dimitió su primer ministro, Nicolas Tiangaye, con el que Djotodia mantenía una relación pésima que dificultó la acción de las autoridades para poner fin a las matanzas de las últimas semanas en el país.

Se escuchaban en las calles de Bangui también algunos disparos aislados de origen desconocido, y tanques franceses de la operación Sangaris se posicionaron cerca del palacio presidencial.  El campamento De Roux, donde se encuentra la guardia de Djotodia desde el comienzo de la operación francesa en el país, el 5 de diciembre pasado, se encuentra cerca de esta sede.

Por la tarde, los soldados franceses y los de la fuerza africana (Misca) se veían desplegados por toda la ciudad.

Para evitar las masacres casi cotidianas la ONU había autorizado el despliegue de 3.700 efectivos de la Misca, mientras que Francia, la expotencia colonial en el país, desplegó un contingente de 1.600 hombres entre la capital y diferentes regiones.

El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, estimó que Djotodia debía ser sustituido "cuanto antes" porque "el objetivo" es celebrar elecciones antes de que termine el año. "Es necesario que el Consejo nacional de transición (CNT, parlamento provisional) se establezca una de manera provisoria puesto que el objetivo es realizar elecciones", subrayó.

Por su parte, los dirigentes de la Comunidad Económica de los Estados de África Central  reunidos en cumbre desde el jueves por iniciativa del jefe del Estado chadiano Idriss Déby Itno, "tomaron nota de la dimisión" del presidente y del primer ministro centroafricanos, según el comunicado final de la cumbre leído en sesión plenaria.

En la madrugada de ayer, tras negociaciones maratónicas, la Comunidad Económica Africana solicitó al CNT, cuya decisión por voto era imprescindible, que preparase un acuerdo que aparatase del poder a Djotodia y Tiangaye, aunque según fuentes cercanas a las discusiones el entorno del primero de éstos rechazaba esta propuesta.

En la apertura de la cumbre, Déby lanzó una requisitoria a los dirigentes centroafricanos: "hay una sola constatación y es amarga, la República Centroafricana sufre de manera muy profunda por los actos de sus propios hijos, que arrojó a su país a una guerra que compromete peligrosamente su futuro".

El presidente de Chad responsabilizó de esta crisis a los políticos centroafricanos. "Si hay un fracaso, es el de la clase política en su conjunto", advirtió a los miembros del CNT.

La República Centroafricana está sumida en el caos desde que en marzo una coalición rebelde de mayoría musulmana, los Seleka, derrocó al presidente François Bozizé. La violencia tomó un cariz confesional entre cristianos (el 80% de la población) y musulmanes./AFP