La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) arrancó este miércoles en Quito su IV cumbre "con toda la capacidad" para apoyar la supervisión del fin del conflicto armado en Colombia.
"Entregamos una Celac con toda la capacidad de apoyar la verificación del acuerdo de cese al fuego y dejación de armas en Colombia", señaló el anfitrión, el presidente ecuatoriano Rafael Correa al inaugurar la cita regional.
Aunque no figura en la agenda oficial, a petición de Colombia se tratará en la cumbre la creación de una misión de la ONU y representantes de la Celac que verificará el inminente desarme de la guerrilla colombiana FARC y el cese al fuego bilateral, en el marco de un proceso de paz para acabar con una conflagración interna de más de medio siglo.
Correa recordó a mandatarios y representantes de los 33 países del bloque que América Latina y el Caribe fueron declaradas "zona de paz" en la II cumbre de este foro, que tuvo lugar en La Habana, sede desde noviembre de 2012 de las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Farc.
"Apoyamos con todo nuestro corazón al presidente Juan Manuel Santos en la búsqueda de la paz definitiva para Colombia", expresó el jefe de Estado ecuatoriano, sin dar más detalles sobre el papel del foro regional.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el lunes una resolución que establece, entre otros puntos, el envío de una "misión política" -integrada por observadores internacionales desarmados- por un periodo de un año para participar en un "mecanismo tripartito" para "vigilar y verificar el cese bilateral y definitivo del fuego y de las hostilidades" en Colombia.
Jeffrey Feltman, secretario general adjunto de Asuntos Políticos de la ONU, anunció su presencia en la cumbre para discutir una eventual participación en el mecanismo de la Celac, organismo que no integran Estados Unidos ni Canadá.
- El desarrollo, "problema político" -
Además de abordar la paz en Colombia, el tema central de la IV cumbre es la erradicación de la pobreza extrema en la región, muy golpeada por la caída de precios de las materias primas, en la que según estimó en 2014 la Comisión Económica para América Latina (Cepal) viven 69 millones de personas en situación de indigencia.
"Las respuestas a la inequidad deben ser contundentes sin esperar una supuesta mano invisible, que por invisible nadie la ha visto", dijo Correa, que lamentó que durante su presidencia temporal, por "falta de consenso" en la Celac no se han podido plasmar avances en las metas planteadas para la reducción de la pobreza en la llamada Agenda 2020.
La Celac comenzó a delinear en 2015 una estrategia de cinco ejes de trabajo: eliminación de la pobreza extrema, fortalecimiento de la educación superior, definición de una postura sobre el cambio climático, infraestructura para comunicación y financiamiento para el desarrollo.
"No olvidemos que el desarrollo es un problema esencialmente político, y depende de quién manda, las élites o las grandes mayorías", agregó Correa.
Los presidentes mantienen este miércoles una reunión a puerta cerrada, que comenzó luego de la foto oficial que fue tomada frente al monumento a la Mitad del Mundo, en las afueras de Quito. Está previsto que por la tarde los gobernantes hagan sus intervenciones de seis minutos y que Ecuador entregue la presidencia protempore a República Dominicana, tras lo cual habrá una declaración oficial.
Más temprano, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño dijo que la Celac va a "establecer un compromiso de hermanos para que todos podamos avanzar y, especialmente, los países menos desarrollados, los países más pequeños (...), para que los que tienen más adelanto, en distintas materias, los acompañen".
"No es que vamos a proponernos metas para ver quién cumple y quién no cumple, y le ponemos una sanción al que no la cumple, no", precisó Patiño en la televisión oficial.