Cayó Pichi, cabecilla del Clan del Golfo | El Nuevo Siglo
Viernes, 28 de Julio de 2017
Redacción Nacional

En una acción conjunta entre la Fiscalía y la Policía, fue capturado Jhon Jairo Jiménez Atencio, alias Pichi, presunto cabecilla de una estructura criminal al servicio del Clan del Golfo, que desde su sitio de detención domiciliaria, al parecer, seguía coordinando extorsiones, tráfico local de estupefacientes, entre otras acciones delincuenciales.

De acuerdo a la información conocida por los investigadores, Pichi debía permanecer en su apartamento ubicado en el sector de Bocagrande, pero permanentemente se trasladaba otro inmueble de ese sector, sin autorización del Inpec. En ese lugar fue capturado.

Además de Pichi, fueron capturados su hija, Heidy Patricia Jiménez Ramírez, Juan Carlos García Ramírez, alias Julián o El Grande, y Rigoberto Reales Hernández, alias Rigo, quien fue ubicado en la isla Tierra Bomba. La Fiscalía los presentó ante un juez de garantías de Cartagena y les imputó los delitos de extorsión y concierto para delinquir agravado.

Durante los registros y allanamientos fue encontrada un arma de fuego con 16 cartuchos, que estaba en poder de alias Julián, quien aseguró ser escolta de Pichi, razón por la cual se les imputó tráfico, fabricación y porte de armas de fuego y/o municiones.

Las investigaciones indican que los cuatro detenidos recibirían instrucciones de la estructura de crimen organizado Clan del Golfo y, hace meses, extorsionaban a comerciantes y compradores de terrenos en distintas zonas de Cartagena.

Según la investigación, el jefe de la banda Los Pichis, capturado en junio de 2015 y beneficiado el año pasado con la medida de casa por cárcel, seguía coordinando actividades de microtráfico en la ciudad de Cartagena y en lugares cercanos, como Barú e Islas del Rosario.

Además, desde su apartamento participaba del envío de estupefacientes al exterior, y ordenaba el cobro de extorsiones a comerciantes de Bocagrande, a quienes les exigía entre 2 y 20 millones de pesos a cambio de no atentar contra sus vidas o las de sus familiares.