Cautelosa actuación de Obama en crisis egipcia | El Nuevo Siglo
Domingo, 9 de Diciembre de 2012

 

Estados Unidos extrema la prudencia desde que comenzaron los enfrentamientos entre el presidente egipcio, Mohamed Mursi y la oposición, aunque Barack Obama parece privilegiar la relación con su homólogo mientras se mantenga la incertidumbre sobre la salida de la crisis.

Para Washington, el dilema consiste en cómo apoyar las aspiraciones democráticas de los egipcios sin incomodar a uno de sus aliados más importantes en la región, que se reveló decisivo para alcanzar un alto el fuego entre Hamas e Israel el 21 de noviembre.

Cuando al día siguiente, Mohamed Mursi, elogiado por Washington por su mediación en la crisis en Gaza, firma un decreto otorgándose casi plenos poderes, el gobierno de Obama parece quedar totalmente descolocado. La diplomacia norteamericana no condena el decreto, afirma que la situación "no es clara" y luego llama a la oposición a manifestarse pacíficamente.

Pero las manifestaciones se intensifican y el miércoles último, miles de opositores rodearon el palacio presidencial para reclamar la anulación del decreto y la postergación del referendo del 15 de diciembre sobre la nueva constitución.

La jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, llama entonces al diálogo y afirma que los egipcios merecen una "Constitución que proteja los derechos de todos los egipcios, hombres y mujeres, musulmanes y cristianos".

El presidente Obama llamó el jueves por teléfono a Mohamed Mursi para expresarle su "preocupación", tras los episodios de violencia de la noche del miércoles al jueves, que dejaron siete muertos y centenares de heridos alrededor del palacio presidencial en El Cairo.

Durante ese diálogo, Barack Obama "renovó el apoyo de Estados Unjidos al pueblo egipcio y sus esfuerzos para alcanzar una transición a una democracia que respete los derechos de todos los egipcios", pero no tomó posición sobre el controvertido decreto del 22 de noviembre.

No se manifestó públicamente sobre la crisis que sacude a Egipto desde hace más de dos semanas.

Esta respuesta cautelosa revela la tensión que existe entre los intereses estadounidenses en la región y la voluntad de apoyar el desarrollo de la democracia, tras haber sostenido durante tres décadas a Hosni Moubarak.

 

Los europeos más firmes

"Durante todo este levantamiento, la administración Obama se mantuvo curiosamente reservada", escribió el comentarista David Ignatius en The Washington Post.

"Es una locura que Washington parezca tomar partido contra los que quieren un Egipto más progresista, más tolerante, y en favor de quienes quieren la sharia (ley islámica). Pero de una u otra manera, ahí es donde se encuentra hoy la administración".

Los dirigentes estadounidenses, que continúan expresando su preocupación, recuerdan que el presidente egipcio se comprometió a respetar el tratado de paz de 1979 con Israel, prioridad absoluta de Washington.

Sin embargo, la actitud de Estados Unidos desentona con la mayor firmeza de los europeos.

Francia criticó el decreto del 22 de noviembre no bien fue aprobado. Alemania amenazó con revisar su ayuda al desarrollo de acuerdo con los avances democráticos del país.

El presidente del Parlamento europeo, Martin Schulz, denunció un "golpe de Estado" y llamó a cortar los fondos a Egipto.

El Congreso norteamericano bloquea actualmente 450 millones de dólares de asistencia financiera al gobierno egipcio, pero a pesar del llamado de algunos legisladores, el gobierno no tiene previsto suspender la entrega de 1.300 millones de dólares anuales a las Fuerzas Armadas egipcias.

"Estados Unidos tiene una relación diferente con Egipto; mantiene una relación importante con las Fuerzas Armadas egipcias, se comprende que sea más cauteloso que la Unión Europea", explica un diplomático europeo que solicitó mantener en el anonimato.

AFP