Con optimismo pero a la vez con cautela, el Foro Económico Mundial de Davos empezó a estudiar en dicha estación alpina suiza, soluciones a la crisis económica mundial porque los riesgos siguen muy presentes.
En el primero de los cinco días de reuniones en la estación alpina suiza, que congrega a la flor y nata del mundo de la política, las finanzas y la empresa, el vicedirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), Zhu Min, dijo que hay un cambio entre la situación actual y la que había hace un año.
"En este momento en particular, las cosas están mucho mejor que hace doce meses. Hace un año, estábamos realmente preocupados por la crisis del euro y el abismo fiscal en Estados Unidos", recordó Zhu.
"Con todas las medidas políticas adoptadas, hay más tranquilidad ahora pero tenemos que tener mucho cuidado. Se han alejado los riesgos, pero todavía hay aspectos" que pueden torcer el camino, advirtió.
La crisis seguirá hasta que haya una mayor regulación en los mercados, advirtió por su parte Jamie Dimon, presidente ejecutivo del banco JP Morgan Chase.
Dijo que Estados Unidos está "en bastante buena forma" y agregó que la eurozona se ha "estabilizado", pero advirtió que la crisis seguirá hasta que haya una mayor regulación de los mercados.
Con el lema "Resistencia dinámica" el foro de este año pretende crear la conciencia de que hay que resistir para ganar, "adaptarse a los cambios, aguantar choques repentinos y recuperarse de ellos al mismo tiempo que se buscan nuevos objetivos".
El desafío es hacer que la economía vuelva a crecer de manera estable y cree empleo, corrija las vulnerabilidades que persisten en el sistema financiero internacional y aguante riesgos sistémicos para evitar catástrofes mayores.
Y cree además 600 millones de empleos nuevos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este año 202 millones de personas estarán en paro, un récord absoluto, que supone 5,1 millones más que el año pasado y 28 millones más que antes de la crisis. Y la sangría no habrá parado porque en 2014 se perderán otros 3 millones de empleos.
"La incoherencia de las políticas monetarias y fiscales" ha "intensificado la incertidumbre, impidiendo inversiones más consistentes y una creación de empleos más rápida", asegura el informe de la OIT.
Además, del presidente ruso Dimitri Medvedev, otros platos fuertes de la jornada son el presidente en funciones del gobierno italiano, Mario Monti, y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Los mercados mundiales se han calmado pero la economía todavía no está exenta de riesgos, advirtieron banqueros y representantes de organizaciones internacionales en la apertura de los trabajos del Fondo Económico Mundial de Davos.
La edición de este año del Foro, la 43ª, coincide con una reducción de la volatilidad en los mercados financieros, pero el expresidente del banco central de Alemania, Axel Weber, advirtió de la tendencia a "apartar los problemas del camino". "Creo que nos dirigimos hacia un peligroso entorno", dijo Weber, ahora presidente del gigante suizo UBS.
Según él, las medidas de los bancos centrales para devolver la confianza de los mercados sólo son remedios de "corto plazo" y se lamentó de que "estemos viviendo a costa de las generaciones futuras".
Weber dimitió de la presidencia de la Bundesbank en protesta por el plan del Banco Central Europeo de comprar deuda de los países de la eurozona en crisis, en particular de España e Italia, y a este respecto aseguró: "Mi opinión no ha cambiado desde entonces".
Tidjane Thiam, presidente ejecutivo de Prudential, la mayor compañía de seguros británica, dijo que no hay posibilidades de prevenir otra crisis.
"Hay gente que trabaja para prevenir otra crisis. Están perdiendo el tiempo porque habrá de nuevo crisis", predijo.
Pero Davos no es sólo economía. La situación en Siria, la seguridad en Oriente Medio, y la evolución en Malí también centrarán los trabajos de la edición de este año, que contará con la presencia de los reyes de Jordania, y numerosos presidentes y jefes de Gobierno africanos, además de la jefa del gobierno alemana Ángela Merkel, el primer ministro británico David Cameron o su colega ruso, Dimitri Medvedev.
Precisamente, Rusia está obligada a reformarse ya que el sector de la energía se enfrenta a la "revolución del gas de esquisto", según las conclusiones de un informe consagrado a las diferentes alternativas que tiene el país.
"No vemos ningún escenario en el que se mantenga la situación actual", declaró el martes a la prensa Sergei Guriev, profesor de la New Economic School (NES) de Rusia.
El primer ministro ruso Dimitri Medvedev, tiene previsto hablar sobre este informe en una mesa redonda.
Rusia, que desembarca este año en Davos con la mayor delegación de la historia en esta cita, solicitó este informe el pasado año a los economistas del Foro, que han interrogado a unos 350 expertos, la mitad rusos.
"La economía rusa es actualmente vulnerable", declaró Kristel Van der Elst, directora del WEF (por sus siglas en inglés), encargada de los estudios estratégicos. Según ella, Rusia tiene tres desafíos: el riesgo de cambios mayores en su política energética, con la irrupción del gas de esquisto o pizarra, que puede provocar un cambio de la demanda en Estados Unidos, el entorno institucional y mantener la cohesión social.