Mañana se concretaría en la Casa de Nariño la reanudación de los diálogos del Gobierno nacional con representantes de los campesinos en paro desde hace más de 20 días en la región del Catatumbo (Norte de Santander), que reclaman mejores condiciones de vida, atendiendo una invitación que el sábado anterior hizo el Jefe de Estado.
Ayer al cierre de esta edición los labriegos estaban a la espera de la confirmación del encuentro de forma oficial por el Gobierno nacional; por su parte ellos ya habían definido su interés de sentarse a conversar con el Gobierno en Bogotá, como lo señalaron en un comunicado difundido en la tarde de ayer, luego que la semana anterior cumplieran una cita sin resultados concretos con una comisión del Ejecutivo que viajó a esa región del país, encabezada por el consejero para el Diálogo Social, Luis Eduardo Garzón, y los viceministros de Trabajo, del Interior y de Defensa.
En dicho comunicado, más de cuatro mil labriegos concentrados en la zona de Aguas Claras se mostraron dispuestos a levantar el bloqueo en la vía a Ocaña, por el cual siete municipios de Norte de Santander están sufriendo de desabastecimiento de alimentos.
Sin embargo, en el documento los labriegos exigen para reanudar los diálogos con el Gobierno la presencia de un moderador independiente que establezca un cronograma con tiempos fijos para el desarrollo de las conversaciones en cuatro mesas dispuestas sobre los 10 puntos que son motivo de la protesta.
Añaden que al final los acuerdos logrados deben ser presentados ante más de 200 presidentes de acción comunal que actúan en representación de igual número de comunidades campesinas de la región del Catatumbo.
El vocero de la Asociación Campesina del Catatumbo, César Jerez, dijo que “las comunidades campesinas consideramos que para generar confianza, es necesario que el equipo negociador del Gobierno dé respuesta escrita a este punto, ante la posible visita a su despacho”.
Intermediación
Después de que la comisión del Gobierno enviada a la región del Catatumbo llegó a Bogotá con las manos vacías sin avanzar en las conversaciones ni mucho menos en el levantamiento del paro, el sábado anterior Santos decidió participar él directamente en busca de una solución.
“Quiero invitar a los líderes de los campesinos del Catatumbo el martes a Bogotá a que se reúnan allá con los ministros del Interior, de Hacienda, de Agricultura, de Defensa y con el Ministro Consejo para el Diálogo Social, Lucho Garzón, a que se sienten y lleguemos a unos acuerdos. Estoy seguro de que si hay voluntad, podremos llegar a acuerdos”, afirmó el Mandatario desde Chaparral, Tolima, a donde se desplazó para inaugurar la Central Hidroeléctrica del Río Amoyá.
El Jefe de Estado dijo que “esos acuerdos no solamente les van a permitir a los campesinos del Catatumbo progresar, obtener recursos para su propia prosperidad, sino que se les van a evitar muchos dolores de cabeza a Ocaña y a todas las ciudades que se están viendo ya afectadas con esos paros”.
A Pesar de que Santos anticipó a los campesinos que en Bogotá se reunirán con los ministros del Interior, de Hacienda, de Agricultura, de Defensa y con el Ministro Consejo para el Diálogo Social, Lucho Garzón, no está descartado que el propio Santos participe en el encuentro para mostrar de mayor forma el compromiso del Gobierno nacional en resolver la situación social que vive la región del Catatumbo.
“Quiero reiterarles esa invitación el martes a Bogotá, porque es así como debemos resolver los problemas: no a través de la imposición sino a través de la persuasión, del entendimiento, de la inclusión”, dijo el sábado anterior Santos.
Aunque son 10 puntos los que incluyeron los campesinos en el pliego de peticiones al Gobierno nacional, los cuatro principales son atención integral social, una zona de reserva campesina, la suspensión de la erradicación manual de cultivos ilícitos y terminar las concesiones minero-energéticas a las multinacionales.
Las protestas que se iniciaron al calor de las erradicaciones de cultivo de coca, que es la principal fuente de sustento para los pobladores de esta olvidada región del país, en donde varios municipios tienen además carencias en materia de agua potable y electricidad, ya han dejado 4 muertos y más de 50 heridos.