El nuevo gobierno independentista catalán "todavía no" tiene legitimidad para declarar la separación de España, admitió este jueves el flamante presidente regional, Carles Puigdemont, comprometiéndose sin embargo a seguir adelante con un proyecto soberanista que debe culminar en 2017.
"¿Tenemos fuerza y legitimidad democrática para iniciar este proyecto? Sí, rotundamente y no admitiré que se discuta. Pero ¿tenemos la fuerza suficiente para proclamar la independencia de Cataluña con esta composición parlamentaria? Todavía no", reconoció en una entrevista de hora y media a la radiotelevisión pública catalana.
Exalcalde de la ciudad catalana de Girona y periodista, Puigdemont, de 53 años, fue sorpresivamente designado para liderar la región después que el sábado el presidente saliente, Artur Mas, aceptase no ser investido.
En su primera entrevista desde que tomó sus funciones el martes, utilizó un tono de gran moderación aparentemente destinado a tranquilizar a una parte de la población catalana.
"No está previsto en nuestro compromiso electoral hacer una declaración unilateral de independencia", aseguró, ofreciendo diálogo al próximo gobierno español que se forme a raíz de las legislativas del 20 de diciembre. "Haremos las cosas con seguridad jurídica y legalidad", afirmó.
Sin embargo, "si el gobierno español continúa sin entendernos, es evidente que iremos hacia otro escenario", subrayó evitando dar más precisiones.
En los últimos años, la tensión ha crecido exponencialmente entre el gobierno de Cataluña, región de 7,5 millones de habitantes que desde 2010 vive un auge independentista, y el ejecutivo conservador español de Mariano Rajoy, férreamente opuesto a un referéndum de independencia.
En septiembre, las fuerzas independentistas catalanas ganaron unas elecciones regionales anticipadas que presentaron como plebiscito sobre la secesión.
La coalición de progresistas y liberales JxS, impulsada por Mas, obtuvo 62 diputados en una cámara regional de 135. Otros 10 fueron a manos del grupo anticapitalista CUP, cuya oposición a investir al liberal Mas dejó a la región sin gobierno durante tres meses y casi obligó a convocar nuevos comicios.
Juntos sin embargo no obtuvieron más de la mitad de los votos (48%), lo que según sus detractores les deslegitima para lanzar la hoja de ruta que debe desembocar tras 18 meses -aproximadamente, puntualizó Puigdemont- en una Constitución que sería votada por los catalanes.
Reconociendo que ahora el apoyo popular es insuficiente para separarse de España, el nuevo presidente catalán se declaró convencido de que el porcentaje necesario lo encontrarán en el momento en que pongan "la Constitución a referéndum".
"El objetivo es que en ese referéndum una buena parte de la mayoría de personas que habrían votado 'no' en un referéndum de independencia voten 'sí' a una Constitución con la que se puedan identificar más que con la española", concluyó./AFP