Casa Blanca 2016: cuatro candidatos y contando | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Abril de 2015

DE niño le decía a su abuelo, un exiliado cubano, que algún día derrocaría a Fidel Castro y sería presidente de Cuba. Hoy, a los 43 años, la ambición de Marco Rubio sigue siendo voraz: quiere ser el primer mandatario latino de Estados Unidos.

Tras meses de preparación, el senador Rubio se convirtió ayer, con 43 años,  en el aspirante más joven a la investidura republicana en las primarias para las presidenciales de 2016.

Rubio nació en Miami en mayo de 1971, hijo de un matrimonio cubano que abandonó la isla quince años antes para escapar de la pobreza. Algunos años después del arribo al poder de Fidel Castro en 1959, su familia decidió no regresar más a Cuba, un país que aunque Marco Rubio nunca ha conocido es el  hilo conductor de su vida política y sus ambiciones, asegura, son las mismas de generaciones de exiliados que buscaron recomponer sus vidas en Estados Unidos.

Clasifica a Cuba en la misma categoría que Irán y Siria y busca su aislamiento a toda costa. Su bandera es que no pisará la isla de sus antepasados mientras haya un Castro en el poder, es fiero antagonista del acercamiento con La Habana iniciado por Obama.

Ante una entusiasta multitud en Miami, la ciudad del exilio cubano, este senador republicano oficializó ayer su aspiración por la investidura presidencial republicana.

Anticipó el joven político que buscará la presidencia como un candidato de la nueva generación, para diferenciarse de otros postulantes, como la demócrata exsecretaria de Estado Hillary Clinton o el exgobernador republicano de Florida Jeb Bush.

Elegido al Senado en 2010 sobre la ola del movimiento ultraconservador Tea Party, Rubio ha tenido un ascenso político meteórico, lo que lo ha hecho favorito de ciertos sectores republicanos, pese a que en los sondeos se ubica por detrás de otros candidatos del partido más conocidos, como Bush.

Con eslóganes como "un nuevo siglo estadounidense", Rubio se afinca sobre su historia familiar de hijo de inmigrantes que pudo superarse para revivir la idea del expresidente Ronald Reagan de un Estados Unidos fuerte y optimista. A sus 43 años, hace gala de su edad para contrastar con Clinton y Bush.

Rubio quiere renovar al Partido Republicano: es de origen hispano, excelente orador y carismático. Luego de un ascenso meteórico en la política de Florida, fue elegido al Senado en 2010 sobre la ola del movimiento ultraconservador Tea Party.

Sufrió un golpe en 2013 cuando una iniciativa de reforma migratoria que impulsaba junto a otros senadores, que habría conducido a la regularización de millones de indocumentados, se hundió frente a la oposición de sus propios copartidarios republicanos en el Congreso.

Luego de ese fracaso, Rubio asumió una postura más en línea con los conservadores, desechando la iniciativa de realizar una reforma integral y priorizando la seguridad fronteriza, lo que para grupos de defensa de los inmigrantes ha sido criticado como una capitulación.

De ser elegido, se convertiría en el primer presidente de origen latino de Estados Unidos.

Antes de Rubio, ya confirmaron sus candidaturas para la investidura republicana sus colegas en el Senado Ted Cruz, también de origen cubano y más próximo a la derecha religiosa  y Rand Paul, quien defiende la libertad a ultranza.

A este abanico se sumará Jeb Bush, cinco años menor que la ya oficializada precandidata demócrata Hillary Clinton. Bush, aún cuando no ha oficializado su candidatura  es el republicano que encabeza las encuestas hacia las primarias dentro de su partido.

Su trayectoria política es la más completa de los hasta ahora oficializados copartidarios: fue gobernador de Florida  por ocho años y sus redes políticas y financieras, heredadas de su padre y su hermano expresidentes, le dan ventaja.

Aunque las  primarias tendrán lugar a comienzos de 2016 ya que la presidencial se verificará en noviembre de ese año, la carrera electoral ya comenzó y se vaticina muy reñida.

Una mujer poderosa en la contienda

Entre tanto en las filas de su rival partidario, los demócratas comenzó con fuerza la movilización a favor de la exprimera dama y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien no tendría pierde en la carrera por la investidura.

Tan sólo horas después de anunciar su candidatura por internet, la exprimera dama, senadora y secretaria de Estado de 67 años iba en una van de Nueva York hacia Iowa (centro de EU), donde hoy tendrá su primer acto oficial de campaña, una mesa redonda sobre educación en la pequeña ciudad de Monticello.

Sin grandes discursos ni fanfarria, Clinton, que se prepara desde hace meses para las presidenciales, quiere mostrar que cree merecer su investidura y que no la considera ya adquirida, aunque sea la favorita, tras su derrota en las primarias de 2008.

"Soy candidata a la presidencia", dijo una radiante Hillary en el video de poco más de dos minutos en el que lanzó su candidatura. El tono de la campaña está dado en ese video: el clip está enteramente consagrado a la política económica y social, sin una palabra sobre política exterior, y se concentra en las esperanzas de la clase media.

El video contrasta con su lanzamiento en 2007, cuando Clinton habló de la guerra en Irak y de la imagen de Estados Unidos en el mundo. Ahora pretende hablar de la educación, la salud, o el poder adquisitivo, en decenas de foros y mesas redondas.

A pocas horas del anuncio, decenas de estrellas de Hollywood, entre las cuales Jennifer López, Scarlett Johansson, Jesse Tyler Ferguson, Lena Dunham, Uzo Aduba o Amy Poelher, expresaron en Twitter su entusiasmo por la decisión de la política.

"Ya es hora de que haya una mujer (presidenta)", señaló López, de origen puertorriqueño.

Aunque el sábado el presidente Barack Obama tuvo palabras elogiosas hacia Clinton, indicando que cree que "podrá ser una excelente presidenta", ayer su portavoz Josh Earnest matizó que el mandatario no brindará un respaldo "automático" a la exsecretaria de Estado.

"Hay otras personas amigas del presidente y que podrían decidir lanzarse a la carrera" electoral, subrayó Earnest a periodistas, indicando de todas formas que Obama y Clinton comparten "las mismas preocupaciones".

Si bien es la amplia favorita dentro del Partido Demócrata, donde por ahora no tiene rival, tendrá que pelear por la victoria en las presidenciales de 2016.

Los sondeos nacionales le dan una pequeña ventaja sobre sus eventuales adversarios republicanos, pero las últimas encuestas muestran que tiene trabajo por hacer en estados clave como Virginia, Iowa o Colorado./EL NUEVO SIGLO con AFP