Durante décadas, Cartagena de Indias dirigió sus aguas residuales a la bahía y a la Ciénaga de la Virgen. En esta ciudad antigua, donde viven alrededor de un millón de habitantes y donde los problemas sociales y de salud no son distintos a los del resto del país, las aguas servidas se vertían directamente en estos dos lugares, generando problemas ambientales que afectaban a la comunidad.
Con el fin de disminuir los riesgos ambientales y de salubridad, el Distrito, a través de Aguas de Cartagena S.A, creó hace cuatro años un Plan Maestro de acueducto, alcantarillado y saneamiento básico para resolver gran parte de esta problemática de la capital de Bolívar.
La construcción del Emisario, que consiste en una conducción submarina de 4.32 km de longitud y un diámetro de 2 metros, se convirtió para los cartageneros en uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos de la ciudad.
Gregorio Otero, quien lleva más de diecisiete años trabajando para Aguas de Cartagena S.A, ha sido testigo de la materialización de esta obra. “El emisario es la obra de saneamiento más importante de Cartagena y del país”, afirma este ingeniero civil de 61 años.
Este esfuerzo que hoy es una realidad comenzó a construirse en el año 2009 y demandó una inversión total de 665 mil millones de pesos.
Esta obra se considera un sistema autosuficiente para el tratamiento sostenido y apropiado de las aguas residuales de la Heroica, que permite llevar la cobertura del servicio de alcantarillado al 100 por ciento en un corto plazo.
Además, permite subsidiar el mejoramiento de las instalaciones hidrosanitarias intradomiciliarias de muchas viviendas de zonas deprimidas de la ciudad.