La principal preocupación del sector productivo es que el histórico eje vial se convirtió en un paso peatonal y no como se había planteado que sería un espacio para disfrutar y quedarse en el centro, indicó la cuarta encuesta sobre la Carrera 7º de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) Bogotá.
Para el 81 por ciento de los encuestados, la presencia del habitante de calle aumentó considerablemente, convirtiendo la calle Real del Comercio en un “Hogar de Paso”, ya que viven en el día de la mendicidad y amanecen durmiendo en las puertas de los establecimientos comerciales. Además, han generado un problema de seguridad y sanidad para los establecimientos de comercio.
Para el 83 por ciento de los comerciantes sus ventas disminuyeron notablemente en comparación con la última encuesta realizada en octubre de 2012 (64 por ciento), debido a la improvisación y la falta de una política pública que involucre al sector privado en la consolidación de un espacio tranquilo para los ciudadanos.
Sin embargo, Edilberto Guerrero, alcalde local de La Candelaria, dijo que la peatonalización sí ha funcionado y no es cierto que haya aumentado la inseguridad.
El mandatario local dijo que le preocupa que se entregue un informe basado en encuestas. “Una entidad tan seria como Fenalco debería basarse es en las declaraciones de renta y balances de pérdidas y ganancias de los locales comerciales”.
Para el director de Fenalco Bogotá, Juan Esteban Orrego, “la Calle Real del Comercio se convirtió en una zona de paso peatonal en la que el transeúnte se apropia e irrespeta el espacio público disponible”.
Según el sondeo, para el 80 por ciento de los encuestados, se incrementó la presencia de vendedores informales mientras que en 2012, la percepción fue menor (54 por ciento). Para los comerciantes, esta situación afecta ambientalmente la zona ya que se incrementan las basuras en andenes y en los pocos árboles del corredor, la contaminación auditiva de quienes ofrecen productos (en su mayoría frutas) con megáfono e inseguridad permanente para el peatón.
Los encuestados manifestaron su preocupación por la invasión del espacio público el domingo en las calles 22, 23 y 24 desde la carrera 7º hasta la 5º por el deterioro que se causa en la zona sin control alguno por parte de las autoridades.
En cuanto a las horas críticas de seguridad del corredor vial, el 50 por ciento afirmó que en las horas de la noche es más insegura, para el 25 por ciento en la tarde (4:00 a 6:00 p.m.); el 13 por ciento mediodía y el 12 por ciento en la mañana. En cuanto a las modalidades de robo, para el 44 por ciento de los encuestados, sigue siendo el cosquilleo el más frecuente, seguida por atraco con un 35 por ciento y el raponazo con el 21 por ciento.
Al inicio de la peatonalización, la administración distrital se comprometió a instalar cámaras de seguridad, mejorar la iluminación y acompañamiento de la policía permanentemente. A la fecha no se han instalado las cámaras y la policía hace presencia en el lugar por días y no a diario denuncian los comerciantes.
Para el 100 por ciento de los encuestados, las marchas y paros han afectado notablemente la productividad teniendo en cuenta que es un día perdido. Las ventas disminuyen hasta en un 76 por ciento. Además del deterioro de sus establecimientos en fachadas por grafitis y las bombas de pintura.
En cuanto al proceso de peatonalización, el 92 por ciento de los comerciantes encuestados la consideran un fracaso debido a la improvisación, la inseguridad y la falta de articulación de programas que involucren al sector privado con el público. Sólo un 8 por ciento la considera exitosa.
Orrego anunció que Fenalco Bogotá está trabajando en un proyecto con la academia y especialistas en el tema para reactivar comercialmente la zona y espera que la Administración Distrital mejoré las condiciones de seguridad, uno de los principales flagelos del deterioro de una de las calles con más tradición en Bogotá.