El grupo de distribución francés Carrefour anunció que desacelerará su plan de inversiones en Argentina aunque relativizó el impacto de un default del país sobre su actividad, el cual calificó de "posible, pero manejable".
Carrefour seguirá trabajando en Argentina, "país destacado, cuyos resultados siguen siendo excelentes (para el grupo, NDLR), a pesar de la inflación ya galopante" y la depreciación del peso, subrayó el presidente ejecutivo de Carrefour, Georges Plassat, el jueves en conferencia de prensa, al presentar los resultados semestrales del grupo.
Sin embargo, "vamos a desacelerar nuestro plan de inversiones en este país para no someternos a un riesgo de tesorería", añadió el dirigente.
Argentina forma parte con Brasil de los países en los que el distribuidor opera en América Latina. Pero este país no "representa más que el 3% de nuestro volumen de negocio y el 2% de nuestro resultado operativo corriente" total, señaló Plassat.
"Un impacto (del default, NDLR) es posible, pero es manejable" a nivel del grupo en su conjunto, estimó.
Recordó que la situación actual de Argentina "no es comparable con la de 2001" y que el país "dispone de recursos importantes".
El default llevaría "quizás a una rebaja del consumo, entre otros en el sector no alimentario. Quizás habrá que realizar una inversión importante en los precios" para mantener cuotas de mercado, concedió Plassat.
Este punto "sin duda tendrá un impacto bastante fuerte sobre el volumen de negocios y el resultado operativo corriente" en este país, si se calcula en euros, pero "será menor en pesos", explicó.
Carrefour disponía a finales de 2013 de 521 tiendas en Argentina, esencialmente de proximidad, sobre un total de 10.105 a nivel mundial.
Sus ventas en ese país progresaron un 44,9%, sin contar con el impacto de la tasa de cambio, en el segundo trimestre de 2014.