Superando en30 veces el máximo permitido por la ley a un solo propietario, la empresa Cargill –la mayor comercializadora de materias primas agrícolas del mundo– adquirió entre 2010 y 2012 adquirió 52.576 hectáreas en la Altillanura a través de 36 sociedades creadas con ese fin.
Así quedó consignado en el informe Divide y comprarás, una nueva forma de concentrar tierras baldías en Colombia, presentado ayer por Oxfam, una confederación internacional de 17 organizaciones que trabajan juntas en 94 países en contra de la pobreza.
El estudio fue realizado en colaboración con el Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) y el proyecto Planeta Paz.
En los dos años referenciados, precisó el informe, Cargill compró “39 predios en el departamento de Vichada a través de 36 sociedades distintas con el fin de producir maíz y soya”.
Esa zona “ha sido considerada por algunos como la última frontera agrícola”, despertando “el interés de los inversionistas privados” que aspiran a implementar “un modelo de plantación a gran escala”, lo que “se enfrenta al hecho de que una buena parte de las tierras en esta región ya habían sido asignadas para la producción campesina a pequeña escala”, referenció el documento.
Sobre el tema, el informe aclara que “el Gobierno defiende que sólo la gran empresa es capaz de desarrollar el potencial productivo de la Altillanura, y por ello pretende establecer estímulos y reformas legales que allanen el camino a la inversión nacional y extranjera. Por su parte, la economía campesina ha demostrado que puede ser tan o más eficiente, especialmente cuando se mide su aporte a la seguridad alimentaria, el empleo o la reducción de la pobreza. Sin duda la inversión en la Altillanura es necesaria, tanto la pública como la privada, y ambas desempeñan un papel fundamental para superar las limitaciones productivas y aprovechar el potencial de la región”.