Los 115 cardenales electores, menores de 80 años, provenientes de 51 países, analizaron este sábado la situación interna de la Iglesia antes de encerrarse el martes próximo en la Capilla Sixtina para elegir en secreto al nuevo pontífice, quien deberá obtener 77 votos para convertirse en el líder de 1.200 millones de católicos.
El solemne rito de la elección será realizado en la imponente capilla del Renacimiento, uno de los monumentos artísticos más visitados del mundo, donde acaban de instalar en el techo la chimenea de donde saldrá la célebre "fumata" o humareda blanca, que anuncia al mundo la elección del Papa.
Los cardenales votaron la víspera por mayoría la fecha del 12 marzo para comenzar el cónclave y si bien el lunes continuarán sus reuniones preparatorias, el martes muy temprano se trasladarán a la residencia Santa Marta, un cómodo hotel dentro de las murallas para el Vaticano, para iniciar una de las ceremonias más antiguas de la Iglesia católica.
La jornada del martes iniciará con una gran misa concelebrada "Pro eligendo Romano Pontifice" en la basílica de San Pedro, a la que podrán asistir todos los fieles, así como el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, explicó este sábado el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, en su habitual encuentro con la prensa.
Por la tarde los cardenales electores se reunirán en la Capilla Paulina de donde desfilarán en procesión hacia la Capilla Sixtina cantando letanías y orando para que el Espíritu Santo los ilumine.
Ya en la Sixtina, bajo los magníficos frescos de Miguel Angel, después de haber jurado mantener el silencio so pena de excomunión, el maestro de ceremonias pronuncia el "Extra omnes!" ("Fuera todos"), ordenando que salgan aquellos que no tengan nada que ver con la elección.
Los "príncipes de la Iglesia", vestidos con sus paramentos rojos, tendrán prohibido todo tipo de comunicación con el exterior, sin teléfono ni computadoras y no podrán enviar por ende mensajes electrónicos ni alimentar sus cuentas en las redes sociales.
Si el martes en la tarde, después del primer escrutinio el candidato no obtiene los 77 votos necesarios, la humareda negra podrá ser admirada por los miles de fieles, turistas y romanos que suelen congregarse en la plaza de San Pedro para asistir al histórico evento.
La constitución apostólica prevé cónclaves de hasta 34 días interrumpidos por una jornada de descanso, pero en el último siglo han durado al máximo cuatro días, ya que el ritmo de cuatro votaciones al día acelera el proceso para identificar el favorito.
"En el siglo XX han sido bastante cortos: de dos, tres a cuatro días. El candidato que recibe más consenso aparece más o menos rápido", explicó Lombardi.
Todo parece indicar que los cardenales de todo el mundo han revisado sin tapujos todos los problemas que aquejan a la milenaria institución, que atraviesa una grave crisis de credibilidad tras haber sido sacudida por graves escándalos y controversias.
En una charla con la prensa, el cardenal venezolano Jorge Urosa Savino, uno de los 19 electores provenientes de América Latina, aseguró que el sucesor de Benedicto XVI, quien hizo efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero, deberá ser ante todo un "hombre de diálogo, de consenso".
"La expectativa es que nosotros, en pocos días, podamos con la ayuda de Dios y el Espíritu Santo elegir al Papa que Dios quiera", aseguró.
"La actitud de los cardenales es esa, muy distinta de la que describe la prensa amarillista. Es una actitud de búsqueda de la inspiración de Dios, de apertura, de diálogo, de consensos", explicó.
Al igual que otros purpurados, reconoce que durante los seis días de reuniones preparatorias al cónclave se han tocado todos los problemas que atraviesa la Iglesia, entre ellos los escándalos de Vatileaks, sobre una trama de abusos de poder y tráfico de influencias y hasta sexo en la Curia Romana.
"Hemos hablado con franqueza, porque esas dificultades evidentemente existen y deben ser resueltas. Todos queremos resolverlas", afirmó.
"La mayoría de los cardenales estamos muy satisfechos con la explicación que se ha dado y creo que esa imagen fantasmagórica de la Curia es absolutamente falsa. Esa percepción un tanto tétrica es muy injusta para con esa gran cantidad de sacerdotes, religiosos, religiosas, obispos y cardenales que allí trabajan", recalcó.
Doce candidatos, como los doce apóstoles, figuran en la lista de "papables", entre ellos el cardenal italiano, Angelo Scola, arzobispo de Milán, a cargo de la diócesis más grande y sobre todo la escuela donde se han formado la mayoría de los papas italianos.
"Si en las primeras votaciones no aparece un candidato claro con más de 20 votos, los cardenales buscarán uno por fuera de las quinielas", sostiene el veterano vaticanista estadounidense John Allen.
Sin un favorito, la lista incluye aquellos más citados por la prensa especializada o por los vaticanistas, que gozan de confidencias internas, mientras un ejército de periodistas de todo el mundo aglomera las dos salas de prensa del Vaticano para intentar informarse sobre lo que se dice en las reuniones secretas.
En el abanico de papables figura también el brasileño Odilio Scherer y el canadiense Marc Ouellet, el cardenal con "alma de colombiano" por haber dirigido varios seminarios en ese país.
AFP