En un encuentro sorpresivo y rápido, Corea del Norte y Corea del Sur lograron acuerdos claves que, según los analistas, permitirán bajar la presión militar en la región. En efecto, Pyongyang enviará atletas y una delegación de alto nivel a los Juegos Olímpicos de Invierno a Seúl y los dos países mantendrán contactos a nivel militar.
En un excepcional cara a cara las delegaciones lograron acuerdos que en el ambiente político nadie esperaba. "El Norte propuso enviar una delegación de alto nivel, una delegación del Comité Olímpico Nacional, atletas, seguidores, artistas, observadores, un equipo de demostración de taekwondo y periodistas" al evento deportivo, que se celebrará en Pyeongchang en febrero, anunciaron los dos países en un comunicado al cabo del primer encuentro en más de dos años.
Seúl y Pyongyang convinieron además "rebajar la tensión militar actual y mantener contactos militares sobre el tema".
Corea del Norte y Corea del Sur acordaron restablecer su línea telefónica militar directa, abandonada durante casi dos años, para mejorar la comunicación entre las Fuerzas Armadas de los dos países, que siguen en guerra.
Las conversaciones se celebraron en Panmunjom, la localidad fronteriza en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que divide la península. El equipo enviado por el Norte atravesó a pie la línea de demarcación militar hasta la Casa de la Paz, en el lado sur.
La mesa de negociaciones
El ministro de Unificación surcoreano, Cho Myoung-Gyon, y el líder de la delegación norcoreana, Ri Son-Gwon, estrecharon sus manos a la entrada del edificio y, de nuevo, ante la mesa de negociaciones.
En línea con las costumbres norcoreanas, Ri portaba una insignia con los retratos del padre fundador de Corea del Norte, Kim Il-Sung, y de su hijo y sucesor, Kim Jong-Il. Cho llevaba una chapa con los colores de la bandera surcoreana.
Seúl aprovechó el encuentro para pedir que durante los Juegos de Pyeongchang se organicen también reencuentros de familias divididas por la Guerra de Corea (1950-1953), uno de los legados más delicados de este conflicto.
"Ofrezcamos a la gente un preciado regalo de Año Nuevo", animó el delegado jefe del Norte.
El ambiente era más amistoso que en encuentros pasados. "La gente tiene un deseo fuerte de ver al Norte y al Sur avanzar hacia la paz y la reconciliación", respondió el surcoreano.
Olimpíadas de la paz
El tono era radicalmente diferente a la retórica de los últimos meses, con el líder norcoreano, Kim Jong-Un y el presidente estadounidense, Donald Trump, intercambiando insultos personales y amenazas de guerra; y los ensayos nucleares y de misiles de Pyongyang.
Desde hace dos años la situación en la península se degradó, el Norte llevó a cabo tres nuevos ensayos nucleares y multiplicó los disparos de misiles.
Seúl ha bautizado a la competición en Pyeongchang -a sólo 80 km de la DMZ- como las "Olimpíadas de la paz", pero para que la descripción tenga sentido es necesario que Pyongyang participe.
Kim Jong-Un planteó en su discurso de Año Nuevo la posibilidad de enviar una delegación de deportistas a estos Juegos Olímpicos invernales, a lo que Seúl respondió con una oferta de diálogo. La semana pasada se restableció el "teléfono rojo" intercoreano, tras casi dos años suspendido.
Entre los temas que aún hay que definir está la aparición conjunta en las ceremonias de apertura y clausura (como en Sídney 2000, Atenas 2004 y Turín 2006), la composición de la delegación norcoreana y su hospedaje, que se espera que sea costeado por Seúl.
Corea del Norte por el momento sólo tiene dos atletas calificados para los Juegos, pero cientos de jóvenes animadoras norcoreanas causaron sensación en eventos deportivos previos en el Sur.
En la delegación de alto nivel norcoreana podría estar la hermana pequeña de Kim, Yo-Jong, alta dirigente del Partido de los Trabajadores, en el poder, según la prensa surcoreana.
Otros temas
Ambos bandos habían expresado su deseo de abordar otras cuestiones más allá de los Juegos.
Pyongyang ya desdeñó los intentos pasados del Sur de organizar más reunificaciones familiares, al asegurar que no se lo plantea a menos que el Sur repatrie a varios de sus ciudadanos.
"Las dos partes van a llegar sin problemas a un acuerdo sobre los juegos de Pyeongchang, pero ¿qué pasará después?", preguntó Koh Yu-Hwan, profesor de la Universidad de Dongguk.
"No será fácil llegar a un acuerdo inmediato sobre las cuestiones relativas a la mejora de las relaciones intercoreanas", afirmó.
No estaba claro si el Norte intentó debatir el fin permanente de los ejercicios militares anuales entre Corea del Sur y Washington.
Washington y Seúl acordaron la semana pasada posponer los ejercicios de este año hasta después de los Juegos, en un intento de calmar los ánimos.
Cierran negocios norcoreanos en China
Los negocios norcoreanos en China empezaron a cerrar sus puertas, consecuencia de las sanciones de la ONU contra el régimen, que intentan cortar de raíz sus fuentes de ingresos.
Harto de las provocaciones de Corea del Norte con sus lanzamientos de misiles y sus pruebas nucleares, las autoridades de Pekín decidieron apoyar las sanciones de la ONU contra el que fuera su aliado durante la Guerra Fría, y cuyo comercio exterior depende todavía en un 90% de China.
Aunque oficialmente la fecha de cierre estaba fijada para este martes, muchos anunciaron su intención de permanecer abiertos.
La mayoría de negocios norcoreanos en China se concentran en el noreste, cerca de la frontera entre ambos países, e incluyen desde restaurantes hasta agencias de viajes, pasando por tiendas de comida.
"El turismo conecta a la gente, es un derecho humano", asegura Kim Yongi, de la Agencia Internacional de Viajes Norcoreana, que tiene una oficina en Dandong, una ciudad fronteriza entre ambos países y que ha recibido una notificación para cerrar.
"Impedir que la gente visite libremente Corea del Norte es una cuestión de derechos humanos, son malvados", afirma Kim, en una posible referencia a los países occidentales.
Un poco más lejos, en una tienda de comida situada en un sótano, Meng Qingshu asegura que no dejará de vender pescado seco (10 dólares la bolsa) o pepinos de mar (100 dólares).
"Vendemos marisco salado de Corea del Norte, es salvaje", explica la vendedora, que no quiso explicar cómo llega hasta China. Las exportaciones de marisco norcoreano son objeto de sanciones desde agosto.
Las resolución de la ONU que obliga a cerrar las coempresas sino-norcoreanas, así como las entidades cooperativas no tenía fecha pero daba 120 días a partir de su aprobación, el pasado mes de septiembre.