En desarrollo de la investigación por el robo de armas en el batallón San Mateo de Pereira fueron capturados el sargento segundo César Castro Eslava y el soldado profesional Jhon Gaviria López.
Tras haber sido retirados de sus cargos como almacenista y ayudante del armerillo, los militares fueron trasladados a Buga, en el Valle del Cauca, en donde la Fiscalía quinta sigue el proceso por los delitos de tráfico de armas de uso privativo de las fuerzas militares, concierto para delinquir, tráfico, fabricación, porte y uso de armas de fuego y peculado por apropiación.
Según se conoció, la comercialización de los elementos se hacía con una banda liderada por Alexánder Toro López, relacionada con Los Rastrojos y el Clan Úsuga y que fue capturado en octubre del año anterior en Pereira.
De acuerdo con el inventario preliminar realizado al armerillo del Batallón San Mateo en Pereira, 519 armas serían las que presentan irregularidades en este caso de corrupción que fue revelado por el Ejército.
De esta cantidad, 403 armas entre fusiles, revólveres, pistolas, ametralladora y subametralladoras, escopetas y lanza-granadas se encuentran desaparecidas del depósito, mientras que otras 116 de diferentes calibres no habían sido cargadas al sistema contable SAP del Ejército o no contaban con actas de ingreso a la bodega.
El inventario del armamento se realizó entre el 22 y el 27 de enero pasado, el cual será verificado en un reconteo solicitado a la Policía Judicial, tras el traspaso de la investigación a un juez penal.
El primer reporte del Ejército indica que dentro de las armas desaparecidas figuran 109 fusiles de diferentes calibres, 188 revólveres, 87 pistolas, 3 subametralladoras, 11 escopetas, 1 Trabuco, 1 Cuerpo de fusil y 2 lanza-granadas.
En la revisión también se encontró que en la bodega había armamento que no figuraba dentro de las actas oficiales, es decir, que los encargados del manejo del armerillo no hicieron la notificación de ingreso respectivo.