En la provincia aún tiene vigencia el color del Partido y la figura personalista que llega para remediar todo.
Por Gabriel Sonny Cubillos
Periodista de EL NUEVO SIGLO
La plaza pública, el discurso partidista y el caudillismo cada vez parece que pierden más peso en las estrategias de los candidatos en la política colombiana. Expresiones clave como ‘somos el partido’ o ‘lucharé por el pueblo’ se hacen más escasas, y así se ha notado en la campaña para los comicios regionales del próximo 30 de octubre, especialmente en las capitales y los principales municipios.
Aunque no se ha perdido del todo este discurso en lo que se conoce como la provincia, en tantos municipios desperdigados por la extensa geografía, donde aún muchos candidatos esgrimen la tradición política de la región y por supuesto el partido para afianzar su imagen ante los electores. Allí aún se ve a candidatos dirigirse con el puño cerrado al estilo Gaitán o con la fuerza que caracterizó a Luis Carlos Galán.
Los candidatos que hoy aspiran a gobernaciones y alcaldías capitales, en su mayoría cuentan entre sus equipos de campaña con asesores de imagen y estrategas políticos, que si bien en general no les indican qué decir, sí cómo decirlo y el momento oportuno para hacerlo.
Ningún detalle se deja al azar, por lo que entran en juego la forma de vestir, la manera de gesticular, convirtiendo a un segmento importante de los más de 100 mil candidatos que se inscribieron para estos comicios en verdaderas obras del marketing político.
En ese escenario la plaza pública ha perdido fuerza frente a los debates en medios y otros promovidos por gremios y organizaciones ciudadanas, así como el auge de las redes sociales; al tiempo que la calle, el semáforo, el transporte público y el puerta a puerta ganan fuerza en la intención de los candidatos de estar más cerca del votante; estrategias estas últimas que parecen un chiste frente a los topes establecidos para la financiación de campañas para las elecciones de octubre, 1.646 millones de pesos para gobernaciones y la Alcaldía de Bogotá, por ejemplo.
Otras épocas
La política cambió con el desarrollo de los medios de comunicación de masas, señaló Alejo Vargas, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional. “Yo creo que hoy día la gran plaza pública de la política es la radio y la televisión. Yo creo que eso de hacer unas manifestaciones ya no tiene ningún sentido porque es demasiado el esfuerzo y muy poco el impacto que tiene un medio masivo”.
Vargas agregó que el discurso político también ha cambiado. “Pueblo e incluso lo popular y otros temas eran propios de otros momentos, de otra época, yo creo que hoy más bien tienden a usarse otras expresiones: se habla de la sociedad, de la sociedad civil, de los derechos de demanda social”.
El discurso caudillista no tiene ya tanta relevancia dependiendo del lugar en donde se diga, consideró Juan Carlos Rodríguez, director del Observatorio de Democracia de la Universidad de los Andes.
“Yo creo que depende de dónde se mire; en Bogotá posiblemente ese tipo de discurso no pega mucho porque hay un electorado muy atípico, pero no estoy seguro si en las regiones, si en la provincia, ese tipo de discurso siga siendo válido”.
En tanto que afirma que la plaza pública no ha pasado a un segundo lugar para los candidatos colombianos, “la plaza pública se mezcla con otro tipo de aproximaciones al electorado, que pueden ser el uno a uno y también las tecnologías”.
Perfil desdibujado
Describir un perfil del candidato para los comicios de este año es complicado, explicó Ángel Beccassino, experto en marketing político y quien ha manejado las campañas de varios personajes. “El panorama de estas elecciones está muy viciado por las indecisiones que hay a nivel Partido de La U, a nivel Uribe-Santos, a nivel Unidad Nacional. Hay claridad en algunos partidos, hay claridad en el Partido Liberal. Y creo que los políticos que tendrían que presentar opciones nuevas, opciones que sorprendan a la gente y la impulsen a participar, no están dando eso. En un perfil que tendría que ser proactivo, no está siéndolo sino que simplemente hay un juego bastante suave de planteos de imagen”.