La cancillería brasileña anunció el domingo que investigará cómo el senador opositor boliviano Roger Pinto, refugiado desde hace 15 meses en la embajada brasileña en La Paz, salió de esa legación diplomática e ingresó a Brasil, donde tiene asilo político, y anunció que "tomará las medidas" que correspondan.
"El ministerio está reuniendo elementos acerca de las circunstancias en que se verificó la salida del senador boliviano de la embajada brasileña y su entrada a territorio nacional", señaló la cancillería en una nota.
El texto añadió que se llamará a consultas a Brasilia al encargado de Negocios de Brasil en La Paz, Eduardo Saboia.
"El ministerio de Relaciones Exteriores abrirá una investigación y tomará las medidas administrativas y disciplinarias que correspondan", añadió el comunicado.
Itamaraty, la sede del ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, informó que tomó conocimiento el sábado del ingreso de Pinto a Brasil.
Más temprano este domingo, la cancillería dijo a la AFP que no comentaría este asunto.
El senador derechista boliviano, que se declara perseguido político, estuvo 15 meses en la embajada de Brasil en La Paz, pero no tenía salvoconducto para abandonar su país. El gobierno boliviano lo ha declarado "prófugo" de la justicia.
Al llegar al país la madrugada del domingo, Pinto agradeció "a Brasil y sus autoridades" por haberle concedido asilo político.
"Debo agradecer a todo Brasil y sus autoridades", declaró el senador según el sitio de noticias G1, que señaló que Pinto llegó a Brasilia pasadas las 01H00 locales (04H00 GMT) de este domingo.
"Espero que continúe mi asilo. Tengo asilo y espero que continúe", añadió.
Según informaciones de la prensa, Pinto habría viajado por tierra desde La Paz a la ciudad brasileña de Corumbá, en el estado de Mato Grosso do Sul, limítrofe con Bolivia. Luego tomó un avión hasta la capital, Brasilia, donde habló con la prensa.
Pinto llegó a Brasilia junto al senador brasileño Ricardo Ferraço, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado y miembro del partido PMDB, aliado del gobierno de la presidenta izquierdista Dilma Rousseff.
Pinto habría viajado 22 horas entre La Paz y Corumbá a bordo de un automóvil de la embajada brasileña, escoltado por militares de Brasil, según Ferraço, citado por la prensa brasileña.
Según G1, el avión que Pinto tomó en Corumbá para llegar a Brasilia pertenece a familiares de Ferraço.
"Ya que el gobierno brasileño había dado asilo (...), no veo problema en la venida de él a Brasil que es, ante todo, un gesto de solidaridad humana. Fueron 455 días en condiciones de restricción y estamos ante un perseguido político por ausencia de democracia en Bolivia", declaró a la prensa el senador brasileño.
"Prófugo de la justicia"
El gobierno boliviano del presidente Evo Morales confirmó la madrugada del domingo que Pinto salió a Brasil y lo declaró "prófugo de la justicia boliviana".
Contra Pinto "se encuentran vigentes cuatro arraigos o prohibiciones de abandonar el país por delitos comunes de corrupción pública con grave afectación económica al Estado boliviano, uno de ellos con sentencia condenatoria de primera instancia", recordó el gobierno boliviano en una nota.
No obstante, autoridades bolivianas dijeron el domingo que este caso no afectará las relaciones bilaterales.
"Las relaciones entre Bolivia y Brasil se mantienen en una situación de absoluta cordialidad y respeto", dijo la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, en conferencia de prensa.
La Paz afirmó que desconoce cómo salió Pinto del país. "Se presume que lo habría hecho por vía terrestre. Ha debido salir a través de algún acceso sin puesto de control migratorio de tal modo que él se encuentra en la situación de prófugo", declaró el ministro de Gobierno, Carlos Romero, a la red de medios estatales.
El ministro expresó su confianza en que "la embajada (de Brasil en Bolivia), a través de los canales diplomáticos, dará las explicaciones correspondientes". Romero informó además que se alertó a Interpol.
Pinto, de 53 años, se refugió el 28 de mayo de 2012 en la legación brasileña en La Paz, argumentando persecución política tras presentar denuncias de corrupción y de vínculos con el narcotráfico de autoridades.
Pese a que Brasil le otorgó pocos días después asilo político, el gobierno boliviano le negaba el salvoconducto alegando que su caso no era político sino judicial.
En junio, un tribunal de sentencia condenó a Pinto a un año de cárcel por daño económico al Estado, aunque su defensa replicó que se trata de "un fallo político" destinado a entorpecer su salida del país./AFP