El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres a nivel mundial, en edades comprendidas entre los 35 y los 70 años. En el país, cada año se diagnostican aproximadamente 9.000 nuevos casos de la enfermedad, siendo la primera causa de muerte por cáncer en las colombianas.
La probabilidad de que una mujer colombiana desarrolle cáncer de mama es de 1 entre 17, por ello la práctica del autoexamen es el primer paso para detectar protuberancias o secreciones que den indicio de la enfermedad, aunque no es suficiente. La invitación es a que las mujeres visiten regularmente a su médico y se realicen el examen clínico de la mama una vez al año después de los 40 años, así como la mamografía anual después de los 50 años.
Es necesario tener en cuenta que si se detecta en etapas tempranas, el cáncer de mama puede ser curado. Es por ello que, según la Sociedad Americana del Cáncer, se debe estar atento a los siguientes factores de riesgo de esta enfermedad:
- Antecedentes personales de cáncer de mama o enfermedad benigna de la mama (no cancerosa)
- Antecedentes familiares de cáncer de mama
- Presencia de mamas densas en las mamografías
- Tomar terapia hormonal para los síntomas de menopausia
- Obesidad
- Consumo de alcohol y cigarrillo
- Edad avanzada
- Ser de raza blanca
Recuerde que la detección oportuna del cáncer a través de la visita regular al médico, permitirá que la enfermedad sea diagnosticada en un estado temprano y pueda ser tratada efectivamente.
Manejo integral del paciente
¿Manejo integral del paciente o de la enfermedad? Cuando se habla del manejo integral del paciente, la mayoría de las personas lo asocia a medicamentos, quimioterapia, radioterapia, atención médica y especialistas. Sin embargo, para María Castrellón, psicóloga de la Unidad de quimioterapia de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, el manejo integral está asociado a todo el proceso que debe enfrentar el paciente para sobrellevar la enfermedad, desde el punto de vista físico, psicológico, social y emocional.
Para Pilar Fernández, psicóloga de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, “conocer la aparición de cáncer de seno o de cualquier otro tipo de cáncer puede ser una noticia difícil, pues se asocia con muerte y dolor”. Generalmente, son los médicos tratantes quienes avistan el cáncer y son responsables de notificar a la paciente. El primer paso es saber qué conoce la paciente sobre la enfermedad, para así orientarla y darle un panorama general de su situación. Lo mejor es entregar la noticia en un consultorio, para darle confidencialidad y que no se sienta avergonzada o intimidada al mostrar sus emociones. Toda paciente tiene derecho a cuestionar e indagar sobre la patología, cuantas veces sea necesario.
Validar las emociones de la paciente es otra forma de dar manejo integral. ¿Qué significa? Permitirle expresar si se siente triste, decaída o quiere llorar. Es importante no referirse con frases negativas como: “Es una noticia terrible”. Se deben emitir frases como “aunque es una noticia difícil, estamos aquí para ayudarle a afrontar esta situación” o “entiendo que se sienta así, vamos a buscar la manera de apoyarla”.
Hay muchas pacientes que incluso no sienten tristeza sino rechazo y se muestran reacias. Otras pacientes incluso optan por aislarse inicialmente. Se les debe permitir el espacio de sentir porque es parte del proceso de adaptación a la enfermedad. Los familiares pueden preguntarles cómo quieren afrontar esa situación y cómo pueden apoyarlos en esa turbulencia de emociones. Muchas veces también quieren sentirse acompañados.
Autoestima y aceptación
Caída del pelo (alopecia) y del vello de las cejas, cambios en la piel y en las uñas, sangrado frecuente y moretones, llagas en la boca y caries dental, son algunos de los efectos secundarios del cáncer que afecta la imagen de las personas tras el diagnóstico. Los efectos secundarios son producto de los tratamientos contra la enfermedad, afectan tejidos u órganos sanos y varían de una persona a otra, dependiendo del tipo de tratamiento que recibe la paciente, así como la frecuencia con la que se somete a este, su edad y otros padecimientos de salud.
Todos estos cambios físicos atentan, no siempre de manera positiva, contra la imagen y la autoestima de las pacientes con cáncer de seno o de cualquier otro tipo de cáncer. Por ello, es importante, según datos de La Liga Colombiana contra el Cáncer, “antes de comenzar el tratamiento, preguntar al equipo de atención de salud cuáles son los efectos secundarios que se pueden experimentar, qué medidas se pueden tomar, así como el cuidado de apoyo que recibirá, para mitigar los efectos secundarios durante y después del tratamiento”.
Según la doctora María Castrellón, psicóloga de la Unidad de quimioterapia de la Liga Colombiana contra el Cáncer, “muchas de las pacientes sufren depresión por la falta de aceptación a su nueva condición física”. Por ello, es muy importante la intervención y el acompañamiento de la familia, “es necesario escucharlas (permitirles que expresen) sus sentimientos y emociones frente a la llegada de la enfermedad y hacerles seguimiento constante a los cambios que las pacientes enfrentan diariamente”.