Campesinos enfrentan sequía con nopales | El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Agosto de 2014

Unas doce familias campesinas del municipio de Los Santos, en el noreste de Colombia, que vieron morir sus cultivos a causa de la sequía, decidieron plantar nopales para alimentarse, nutrir a sus animales y hasta para hacer jabón.

"La gente sembraba frutales, algodón, tomate, tabaco, pero ya no pueden porque no tienen agua", dijo a la AFP Patricia Ponce de León, directora científica de la Fundación Guayacanal, que impulsa en la región el proyecto llamado Modelo Energético Eficiente Para Zonas Áridas (Meepza).

Por eso, "queríamos presentar una alternativa para estas familias, para que acomodaran su economía al cambio climático", añadió la agroecóloga, oriunda de la zona.

En el municipio de Los Santos, en el departamento de Santander, no llueve de forma constante desde hace más de un año. Allí, donde tradicionalmente se siembra tabaco, las hojas grandes que antes nacían y se mantenían verdes, quedan amarillas rápidamente por la escasez de agua.

Los campesinos no se imaginaban que en las laderas del árido Cañón del Chicamocha estaba la solución. En esta zona donde el sol pega con fuerza crecen naturalmente los nopales, una planta de la familia de los cactus con tallos carnosos y grandes paletas ovales erizadas de espinas, que puede alcanzar unos tres metros de altura.

"Es una planta muy cercana a ellos pero no sabían usarla", contó a la AFP Ponce de León, quien insistió en que el ejemplo mexicano la inspiró a promover su cultivo y consumo.

"En México dicen 'Quien tiene una planta de nopal en su casa, tiene una despensa'. Básicamente eso fue lo que tratamos de hacerles ver" a los campesinos, agregó la investigadora.

- "Del cielo a la tierra" -

El nopal, símbolo nacional mexicano, pasó a ser también el centro de los afanes de estas familias, que debieron adaptarse casi por la fuerza a la sequía.

"Ha sido un cambio del cielo a la tierra. Uno no mira más allá de sus narices entonces cree que tiene en cuenta todo lo que hay alrededor y no se fija en otras cosas", dijo a la AFP Esmeralda Celis, una campesina que vive en la alejada vereda La Purnia, del municipio de Los Santos, adonde se llega por una carretera destapada.

"Gracias al nopal, el ganado no se nos murió de hambre. Para nosotros mismos, ha sido un plato más en la cocina", agregó esta mujer de 49 años que también usa las jugosas hojas de este cactus para hacer jabón.

Y como no tiene agregados químicos, el desagüe del lavaplatos de su casa está conectado directamente con un pequeño lago artificial en el que aún viven los peces.

"El jabón quita la grasa y es natural. Ni siquiera afecta a los animales", afirmó Celis.

Esta campesina se convenció de reemplazar sus cultivos de antaño por los cactus también porque, según ella, puede dedicarse a otras actividades.

"Antes estaba esclavizada. En cambio, ahora siembro la planta del nopal y no necesito estar ahí todos los días", relató Celis.

Sin embargo, ella misma cuenta que a pesar de que ha intentado promoverla entre los pocos vecinos de su finca, algunos se mantienen escépticos.

"A mí me funciona y eso es suficiente", añadió firmemente.

Para la científica Ponce de León, el proyecto Meepza se resume en algo muy simple: "Es como aquel refrán popular que dice 'Cuando la vida te da limones, haz limonada'".