La victoria de la izquierda en las elecciones regionales de Baja Sajonia es una advertencia para la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, que busca un tercer mandato en las legislativas de septiembre y que este lunes reconoció una "derrota dolorosa".
"Pueden seguramente imaginarse cuáles son nuestros sentimientos frente a tal cambio", declaró Merkel en Berlín. "Una derrota, además en estas condiciones, es aún más dolorosa", dijo.
El domingo, tras una jornada electoral cargada de suspenso, el Partido Socialdemócrata alemán (SPD), aliado de los Verdes, dejó fuera del poder a la coalición conservadora de Merkel (la Unión Demócrata-Cristiana, CDU) y los liberales del Partido Democrático Liberal (FDP), la misma alianza que gobierna a nivel federal, con una ventaja de sólo una banca.
"Estamos tristes de que ello no haya funcionado. El gobierno regional saliente falló por poco en la posibilidad de continuar su tarea, es una derrota indiscutible".
"Estas elecciones movieron un poco las cosas y las pérdidas (de votos) de la CDU son significativas", estimó Niels Diederich, un politólogo de la Universidad Libre de Berlín.
"No puede ser peor para la CDU/CSU", indicó por su parte el semanario Der Spiegel, que tituló su editorial "La pesadilla de Merkel".
Desde que comenzó su segundo mandato, en 2009, el partido de la canciller perdió lugares en casi todos los comicios regionales y registró varias derrotas importantes, en particular en los grandes estados regionales del oeste, como Renania del Norte-Westfalia o Baden-Wurtemberg, un histórico bastión conservador.
El domingo la CDU perdió más de 6 puntos con respecto a los comicios anteriores, a pesar de que esa pérdida se explica en gran parte por el respaldo de los electores conservadores al FDP, que los sondeos daban como moribundo, y que le ayudaron contra todo pronóstico a superar el 5% de votos necesarios para mantenerse en la cámara.
Los liberales obtuvieron un récord histórico (9,9%), pero impidieron la victoria de la CDU, estimó la prensa./AFP