Mientras que algunos analistas sostienen que el dos veces alcalde reunirá tras de sí los sectores “anti-todo”, otros afirman que la puja ya está polarizada y será difícil modificarla sustancialmente.
EL TANTAS veces anunciado, pero sólo hasta mañana concretado, arribo de Antanas Mockus a la campaña por la Alcaldía de Bogotá impactará sustancialmente todo el panorama de la puja proselitista.
Sin embargo, dado que casi todos los candidatos están jugados desde hace varios meses y que apenas faltan poco más de 80 días para la cita en las urnas, es sencillamente exagerado concluir que la entrada del ex aspirante presidencial a la carrera por el Palacio Liévano obligará a recoger todas las cartas sobre la mesa y a barajar de nuevo.
Por lo visto en las encuestas del último mes y medio, es evidente que la campaña empieza a polarizarse entre el aspirante del Partido Verde y respaldado por La U, Enrique Peñalosa, y el independiente, aunque ex integrante del Polo, Gustavo Petro.
En la mayoría de los sondeos de opinión, ambos nombres están en la punta, con diferencias que pocas veces superan el margen de error, mientras que en tercer lugar se rotan otros aspirantes como Gina Parody (independiente) y en menor proporción David Luna (liberal) y Carlos Fernando Galán (Cambio Radical). El resto de la baraja registra porcentajes muy bajos y se ve como poco probable que quienes defienden los colores del Polo o el Mira puedan repuntar sustancial y significativamente como para llegar a puestos de avanzada.
En ese orden de ideas, la llegada de Mockus, cuyo nombre siempre que es incluido en esos de estudios de opinión pública se ubica, por lo general, muy cerca de los punteros, bien podría abrir un escenario en el que él apostaría a ser una especie de tercería que, como es obvio, aprovecharía la polarización Peñalosa-Petro.
Los analistas políticos sugieren que el ex candidato presidencial de los verdes, colectividad de la que se apartó hace menos de dos meses, es probable que se decante por una propuesta centrista que enganche a una porción importante de ciudadanos indecisos, voto de opinión, voto protesta y hasta de la llamada “franja lunática”, entendida esta última como aquella conformada por personas que no se identifican conscientemente con ningún partido, aspiración o propuesta en particular, y sólo en la urna, frente al tarjetón, definen qué hacer: anular, no marcar, tachar, escribir insultos, jugar al pinochazo…
Escenarios
La posibilidad de que Mockus quiera, inicialmente, apostar por ser una fórmula de tercería dentro de la campaña, se enfrenta con varios elementos a favor y otros en contra.
Dentro de los primeros juega el que de los tres aspirantes (Peñalosa, Petro y Mockus) el que menos tiene “percepción negativa” en las encuestas es éste último. Esto termina siendo clave si se tiene en cuenta que una franja importante del llamado “antipeñalosismo” se ha ido para la orilla de Petro, motivada casi que única y exclusivamente por la necesidad de bloquear el regreso del ex alcalde al mando de la capital del país. E igual pasa con las franjas que critican al ex senador y ex candidato presidencial del Polo, que no le perdonan su pertenencia a esta divisa de izquierda, responsable directa e indirecta de la debacle de la administración Moreno, o, simple y llanamente, no están de acuerdo con su pasado como militante del M-19, o incluso con su antiuribismo radical.
En ese orden de ideas, Mockus bien podría jugarse estratégicamente por recoger apoyos del “anti-todo”, es decir del antipeñalosismo, antipetrismo, antipolismo, anticontinuismo, antiuribismo, anti-antiuribismo, antipartidismo…
Sería ingenuo negar, también, que en materia de símbolo anticorrupción, que según las encuestas es el tema que más preocupa a los bogotanos, Mockus les lleva mucha ventaja a Peñalosa, Petro, Parody, Galán y Luna…
De otra parte, la hipótesis en torno a que la mayor debilidad del ex candidato presidencial (que el año pasado sumó más de 800 mil votos a su favor en la contienda con Santos en Bogotá) es que no tiene de soporte ningún partido o movimiento político sólido, se cae fácilmente, no sólo porque Mockus ya llegó dos veces al Palacio Liévano sin el respaldo de una gran colectividad, y candidatos actuales como Petro y Parody, que están arriba en las encuestas, se respaldan en recolección de firmas y no en ningún aval partidista.
Pero…
Sin embargo, la posibilidad de que Mockus entre a ser la tercería en la campaña por la sucesión en la Alcaldía capitalina tiene varios escollos, algunos de ellos difíciles de superar.
Por ejemplo, para no pocos analistas su postulacion podría alimentar los sectores críticos de Mockus que lo tachan de ser una persona que, aunque se autodefine como “anti-político tradicional”, en realidad se ha jugado electoralmente en la mayoría de las últimas elecciones en Colombia.
Además, no se puede negar que en la campaña presidencial el principal enemigo del aspirante de los verdes fue el propio Mockus, con sus equivocaciones estratégicas y las sucesivas explicaciones gaseosas y dubitativas sobre temas de gran importancia. Y esa imagen en una ciudad que requiere pragmatismo para salir de la crisis, podría restarle apoyos.
Tampoco se puede desconocer que hay muchos señalamientos en contra del profesor de origen lituano sobre que su oposición más personal que política a Uribe no tiene límite, y que como fracasó su intento de evitar que Peñalosa recibiera el respaldo del uribismo, entonces ahora quiere atravesársele en las urnas, así su opción de triunfo no sea tan clara…
Desde las canteras de Parody, Galán y Luna se afirma, a su vez, que Mockus llega muy tarde a la campaña y que los apoyos que suman los tres primeros ya son muy sólidos y conscientes, razón por la cual no van a salir corriendo detrás del dos veces alcalde. Incluso, para esas campañas, la tercería ya está definida, pero en cabeza de sus respectivos aspirantes, proceso que se irá depurando a medida que se acerque la cita a las urnas y la ciudadanía se concentre en la puja proselitista y no en el fútbol o la racha de escándalos de corrupción.
Como se ve, la llegada de Mockus a la puja por la sucesión, todo parece indicar, de Clara López como titular de la Administración Distrital, da lugar a muchos análisis y escenarios, todos válidos y sustentables… Pero, si hay algo que no es la política es, precisamente, predecible. Habrá que esperar la evolución día a día.