La elección de Jorge Enrique Ibáñez en la Corte Constitucional como nuevo magistrado de la Corte Constitucional es lo que podría llamarse un ‘enroque’ en términos ajedrecísticos: Ibáñez es un jurista de tendencia conservadora pura que reemplaza en el cargo a otro igual o más conservador aún.
Ibáñez logró el respaldo de 58 senadores, especialmente de los partidos de tendencia más conservadora -Partido Conservador, Centro Democrático y Cambio Radical-, además de las minorías cristianas -Colombia Justa Libres y MIRA-.
Se impuso a otros dos candidatos de tendencia más progresista como Natalia Ángel, que alcanzó 38 votos, y Marino Tadeo Henao, el más liberal de los tres, que consiguió seis sufragios.
Es por ello que para los entendidos, este movimiento y el que se avecina en las próximas semanas con la elección del sucesor del dimitente magistrado Carlos Bernal, no alterarán en forma sustancial los bloques jurisprudenciales -hay quienes también los llaman bloques políticos- que tradicionalmente han existido dentro de la Corporación.
Y es que en los próximos días, el presidente Iván Duque tendrá que presentarle a la plenaria del Senado una terna de candidatos para elegir el reemplazo de Bernal Pulido, cuyo periodo constitucional de ocho años vencía en mayo de 2025 pero él renunció a finales de julio pasado.
La Corte Constitucional está integrada por nueve magistrados de los cuales tres son postulados por la Corte Suprema de Justicia; tres por el Consejo de Estado y los otros tres por la Casa de Nariño.
Sin embargo, de estos últimos, el sucesor de Bernal será apenas la primera ficha del presidente Duque, pues los otros dos fueron postulados por el gobierno de Juan Manuel Santos: Cristina Pardo, cuyo periodo termina en mayo de 2025, y Alejandro Linares, que termina el suyo en noviembre de 2023.
De los demás magistrados actuantes, el más próximo a terminar su periodo es Alberto Rojas, que concluye en mayo de 2021, pero él fue postulado por el Consejo de Estado, lo mismo que el saliente magistrado Guerrero, y Antonio José Lizarazo que termina el periodo en febrero de 2025.
Los otros tres juristas, postulados por la Corte Suprema de Justicia, están aún muy lejos de concluir el periodo para el que fueron elegidos: Diana Fajardo, que termina en junio de 2025; Gloria Stella Ortiz, que lo concluye en julio de 2022, y José Fernando Reyes, que termina el suyo en septiembre de 2025.
Es decir, de no presentarse hechos extraordinarios, el presidente Duque solo alcanzará a ternar al sucesor de Bernal.
“Esto lo que demuestra es que al gobierno Duque le quedará muy difícil hacerse a las mayorías de la Corte Constitucional, como sí lo logró con el Ministerio Público -Defensoría y Procuraduría General-, por tanto los bloques que hoy existen dentro de la Corte seguirán “inalterables”, sostiene el catedrático y columnista John Mario González.
Bloques consolidados
Tradicionalmente se ha hablado de que en la Corte Constitucional existen dos bloques definidos, al menos en términos jurisprudenciales: uno, de mayoría liberal-progresista, y otro de tendencia más conservadora.
Pero a lo largo de sus casi 30 años de creación, la Corte Constitucional ha variado su propia jurisprudencia en varias ocasiones, de acuerdo con las nuevas realidades del momento.
Es por ello que los expertos consideran que las decisiones del alto Tribunal “son impredecibles”, pues se adoptan con base en criterios jurídicos más que en bloques ideológicos.
“Es inevitable que los magistrados tengan tendencias de carácter ideológico y político, como cualquier ciudadano. Lo importante es que cuando tengan que decidir lo hagan en estricto derecho porque la expectativa sobre la jurisprudencia de la Corte siempre ha sido muy alta”, señala Kenneth Burbano, director del Observatorio Constitucional de la Universidad Libre.
Para el catedrático, “en el mediano plazo no se ven movimientos jurisprudenciales de importancia en la Corte”, ya que al magistrado Rojas Ríos aún le queda casi un año antes de concluir su periodo.
Equidad de género
De otro lado, frente a la elección del sucesor del magistrado Bernal, el Gobierno no ha dado mayor pista, salvo que en el sonajero siempre se ha mencionado a la actual Secretaria Jurídica de la Presidencia, Clara María González.
Es por ello que para Alejandra Barrios, lo ideal sería que el Gobierno impulsara en el Senado la elección de una mujer en reemplazo de Bernal.
“Después del escándalo de acoso sexual y laboral en la Corte Constitucional la presencia de más mujeres es la única forma de romper ese equilibrio de poder. Una mayor presencia femenina es lo único que cambia esas relaciones de poder al interior de las altas Cortes”, dice.
Para la observadora, además, la otra arista que se debe tener en cuenta para generar un verdadero equilibrio en el alto Tribunal es “si la Corte necesita una línea más liberal, más progresista, que le haga contrapeso a la línea conservadora de la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo”.